jueves, 6 de octubre de 2005

La biología como evento masivo

La ciencia por gusto - Martín Bonfil Olivera
La biología como evento masivo


La semana pasada ocurrió un hecho inusitado en la UNAM: una multitud de estudiantes ansiosos de entrar a un evento que se había anunciado en la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario estuvo a punto de dar un portazo -algo que es común en conciertos de rock-, pues el cupo de la sala fue ampliamente rebasado por los asistentes.

Uno pensaría que no hay nada especialmente raro en esto (más allá del hecho de que los eventos que se presentan en CU normalmente no convocan multitudes). Yo, que estuve ahí, puedo atestiguar que noté dos cosas fuera de lo común: una, que la multitud, a pesar de su ansiedad e inquietud, mostraba un extraño orden& La segunda, que la gran mayoría eran estudiantes de la Facultad de Ciencias, y más específicamente de la carrera de Biología (esto lo supe no porque se les notara en la cara, sino porque suelo dar clases en dicha facultad, además de que otro detalle extrañomuchos de ellos llevaban bajo el brazo libros de biología evolutiva).

No: lo verdaderamente extraño es que no se trataba de un concierto de rock, sino de ¡una conferencia científica! La ofrecía la famosa bióloga estadunidense Lynn Margulis, quien debido a la multitud tuvo que presentar su conferencia sobre evolución y simbiosis en las instalaciones, más amplias, del cercano Museo de las Ciencias Universum.

Y claro, usted se preguntará, antes que nada, ¿quién demonios será esta señora Margulis que causa tanto alboroto? La primera vez que escuché su nombre fue en alguna conferencia del biólogo mexicano Antonio Lazcano, especialista en el origen y la evolución de los seres vivos. Además del chisme común (entre biólogos) de que Margulis fue la primera esposa del famoso y desaparecido astrónomo Carl Sagan, Lazcano nos platicó cómo ella ha sido una de las principales promotoras de la teoría de que la simbiosis la formación de una asociación obligatoria y mutuamente beneficiosa entre dos seres vivos distintoses, más que una rareza de la biología, un proceso importantísimo en la evolución biológica.

En los tiempos en que yo era estudiante de licenciatura (los años ochenta), la idea de que organelos celulares como las mitocondrias (llamadas las centrales energéticas de la célula, pues oxidan los alimentos para producir energía útil) habían sido originalmente bacterias que penetraron en una célula y se quedaron a vivir en ella era francamente escandalosa. Una locura. Y sin embargo, había una bióloga apellidada Margulis, se nos decía, que presentaba amplias pruebas que apoyaban esta hipótesis de la endosimbiosis (simbiosis interna). Entre otras cosas, la mitocondrias tienen el mismo tamaño que las bacterias, tienen sus genes propios (que se parecen a los de las bacterias), se duplican dentro de la célula a su propio ritmo, independientemente de la división celular, y están rodeadas no por una, sino por dos membranas (lo cual sería de esperar si hubieran sido engullidas, pero no digeridas, por la célula mayor).

Con los años, Margulis y otros fueron acumulando evidencia de que no sólo las mitocondrias, sino también los cloroplastos y otros organelos celulares, son producto de la simbiosis. La Teoría Endosimbiótica comenzó a aparecer en algunos libros de texto, y hoy es plenamente parte del canon aceptado de la Biología Evolutiva.

Como si esto fuera poco, Lynn Margulis ha promovido otras visiones revolucionarias en biología, como la famosa Teoría de Gaia, postulada por el químico James Lovelock y que afirma que la influencia de los organismos vivos la biósferaen el planeta Tierra es tal que determinan en gran parte fenómenos atmosféricos, climáticos y hasta geológicos. Metafóricamente, la Tierra es como un gran organismo autorregulado. Margulis también ha sido la principal difusora de la clasificación de los organismos en cinco reinos (gruesamente, bacterias, protozoarios, hongos, plantas y animales), que sustituyó a la ya obsoleta de animales, vegetales y minerales.

En otras palabras, la noticia es que nuestra comunidad estudiantil es capaz de reconocer a una académica de calidad internacional y acudir masivamente a su conferencia. No sólo el rock interesa a los jóvenes universitarios. ¿No es esto una buena noticia?

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