miércoles, 18 de noviembre de 2015

Dudas y preguntas

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 18 de noviembre de 2015

La masacre del viernes 13 en París conmocionó al mundo, y ha desatado una ola de preocupación, discusión y cuestionamientos.

Y también de confusión. Se trata de un tema, y un conflicto, especialmente complejos, y que tienen detrás causas históricas, políticas, económicas, sociales, culturales… e, inevitablemente, religiosas.

El llamado Estado Islámico de Irak y Siria, o ISIS, por sus siglas en inglés, autor de los atentados terroristas que sembraron simultáneamente el pánico en diversos puntos de París, es sin duda una organización nacida del fundamentalismo religioso. ISIS surge de una minoría de la población musulmana sunita (o suní), la cual representa al 85% de los musulmanes del mundo (mientras que la otra gran rama del islam, los chiitas o chiíes, representan el 15% restante). La interpretación extrema del islam adoptada por ISIS pervierte el concepto de yihad –que representa el deber de los musulmanes de mantener la religión y servir a dios– convirtiéndolo en equivalente a “guerra santa”, y considera a todo aquel que no profese dicha fe como un “infiel” que debe ser convertido o ejecutado, considera que la democracia es una forma inaceptable de gobierno, y busca imponer un estado religioso islámico –el califato– a todo el mundo. Hay que decir que gran parte de sus seguidores, incluyendo a quienes participan en ataques terroristas, lo hacen motivados en gran parte –junto con otras causas como el resentimiento social producto de la discriminación que sufren en países no islámicos– por sus convicciones religiosas.

Uno de los mayores daños que ISIS ha causado es promover, con sus ataques terroristas que se caracterizan por una crueldad extrema, el rechazo generalizado a la población musulmana en Europa y Estados Unidos, y en especial a los migrantes que, desde hace mucho, pero en mucha mayor cantidad desde la llegada al poder de estos extremistas, ha tenido que abandonar sus países –destacadamente, Siria– para buscar refugio en Europa. Así, ISIS promueve el odio y la discriminación contra los musulmanes.

Es poco lo que se pueda decir al respecto que no se esté diciendo ya en medios y redes sociales, y mucho más se dirá en los meses y años próximos. Pero, sin caer pues en generalizaciones que califican al islam como una religión de intolerancia y extremismo, pero sin negar que ISIS invoca su fe como la justificación final de sus acciones, cabría hacer algunas preguntas:

¿Cuáles son las verdaderas causas, históricas y estructurales, que explican el surgimiento de un grupo tan violento como ISIS, y su espectacular ascenso al poder?

¿Es el islam una religión que de alguna manera facilite el surgimiento de grupos extremistas violentos? Dicha violencia ha estado históricamente presente en muchas religiones, pero en general en el mundo cristiano ha quedado controlada por la adopción de valores como la separación iglesia-estado, la democracia y los derechos humanos universales e inalienables. ¿Será posible que la gran mayoría de musulmanes sunitas no radicales, junto con los musulmanes chiitas, pudieran controlar y evitar en el futuro el surgimiento y empoderamiento de otros grupos y gobiernos radicales como el de ISIS?

Obviamente reducir la cuestión a una lucha religiosa, o de Oriente-Occidente, es erróneo y simplista. Pero también es cierto que la ideología religiosa de grupos como Al Qaeda o ISIS se opone fundamentalmente a muchos de los valores que forman el núcleo de la forma de vida que identificamos como “occidental”. Aunque resulte una cuestión extremadamente incómoda, habría que preguntar, desde un punto de vista puramente político: ¿realmente será posible, en aras de un respeto a la diversidad cultural y religiosa, reconciliar los valores del islamismo extremo, y del islam en general, con los de la democracia? Quisiéramos pensar que sí; en todo caso, la pregunta clave sería ¿cómo?

Quizá el fenómeno más notorio en relación con los atentados de París es la violenta ola de discusión desatada en redes sociales entre aquellos que eligieron –elegimos– solidarizarnos con las víctimas, y con la ciudad y el país agredidos, así fuera por medio de gestos meramente simbólicos como difundir memes o poner la bandera de Francia en nuestras fotos de perfil en redes sociales, y quienes consideran esto como una muestra de intolerancia e insensibilidad ante otras matanzas igual de crueles ocurridas en países islámicos, y ante los abusos de Francia, Estados Unidos y en general de “Occidente” contra el mundo árabe-islámico. Algo merecedor de las más ásperas críticas, descalificaciones e insultos.

¿Realmente el que la gente comente y se solidarice más fácilmente con las muertes ocurridas en París que con las que ocurren en Siria es muestra de insensibilidad o discriminación? Después de todo, las conexiones entre países como el nuestro y Francia son mucho más abundantes que con Siria, igual que la presencia de medios, reporteros y corresponsales internacionales que en Damasco. Es más fácil enterarse de lo que ocurre en París que en los países árabes.

Por otro lado, hay estudios serios que muestran que las personas natural, inevitablemente, sienten mayor empatía con las desgracias que ocurren en países cercanos al suyo, a gente con un perfil étnico similar a ellos y en culturas similares a la propia. Puede que el expresar apoyo sólo a ciertos países y valores sea injusto, pero quizá no de manera consciente o voluntaria.

Y no hay que olvidar que Francia representa simbólicamente muchos de los valores fundamentales de nuestra cultura; cultura que es, inevitablemente… occidental.

Al final, yo sólo puedo opinar que la solidaridad siempre es válida, aun si es imperfecta o “selectiva”. Que el terrorismo siempre es aborrecible, y que es distinto de la guerra y el crimen común. Y que más que enfrascarnos en discusiones sobre quien es más “justo” en su solidaridad, habría que trabajar a nivel global en buscar maneras de hacer compatible el respeto y la tolerancia a la diversidad política y religiosa con la convivencia pacífica que el mundo tan urgentemente necesita.

¿Te gustó?
Compártelo en Twitter:
Compártelo en Facebook:

Contacto: mbonfil@unam.mx

Para recibir La ciencia por gusto cada semana
por correo electrónico, ¡suscríbete aqui!


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Sarta de estupideces.

"Es más fácil enterarse de lo que ocurre en París que en los países árabes."

Sí? Pues busca en internet hijo que hay mucha información y vídeos de lo que pasa en países árabes.

Cuál estudio "serio"? La opinión de una psicóloga en un blog? Esas son tus fuentes?

Manda huevos!

Wm Gille Moire dijo...

¿Las causas, históricas y estructurales, que explican el surgimiento y poderío de ISIS?

Según Karen Armstrong (experta en islam), ISIS es una mezcla de wahabbismo [yo diría "neo"wahabbismo, puesto que el clérigo Muhammad Ibn Abd al-Wahhab era muy contrario a la violencia... pero al morir, sus seguidores lo "revisaron"] + el militarismo de la dinastía Saudí + los petrodólares árabes [y el patrocinio occidental, diría yo] + toda la ciencia y tecnología que puede comprarse con esos petrodólares. Según ella, ISIS "is not an atavistic return to a primitive past, but in some real sense a product of modernity." Ver:

http://www.newstatesman.com/world-affairs/2014/11/wahhabism-isis-how-saudi-arabia-exported-main-source-global-terrorism

¿Fundamentalismo religioso? Algo hay de eso. Pero es extraño que estos últimos terroristas de París eran muy poco religiosos (vagos, no iban a la mezquita ni rezaban). Parece que hay adentro algo aún más pesado que la religión: las anfetaminas que consumen los yihaidistas. En particular, el Captagon (fenetilina). Ver:

http://hipertextual.com/2015/11/captagon

https://www.washingtonpost.com/news/worldviews/wp/2015/11/19/the-tiny-pill-fueling-syrias-war-and-turning-fighters-into-super-human-soldiers/

Sexto Empirico dijo...

"¿realmente será posible, en aras de un respeto a la diversidad cultural y religiosa, reconciliar los valores del islamismo extremo, y del islam en general, con los de la democracia?"

Del Islam en general claro que sí. Turquía, por ejemplo, ha tenido más mujeres en la presidencia que México o Estados Unidos (cosa no muy difícil de superar) y en Indonesia, el país con más musulmanes en el mundo, poseé un régimen liberal, división de podres y un gobierno electo por elección. Al hablar de los países musulmanes no hay que centrarnos solamente en los ejemplos negativos.

De cualquier manera, me parece interesante su reflexión.

Unknown dijo...

Leo siempre sus reflexiones con agrado, y sigo cada entrada que publica. Sin embargo, en este caso, no me parece acertado argumentar el apoyo selectivo diciendo que es más fácil enterarse de lo que ocurre en un lado que en el otro, más aún cuando muchos de los que mostraron su apoyo a las víctimas de parís conocieron también los atentados en Siria y en otros lugares. Habría que mirar entonces qué pasa con el sujeto selectivo que sí es consciente de los grupos de víctimas pero decide solidarizarse abiertamente con algunos.

zet1 dijo...

Y la construcción seudoesceptica vuelve a hacer de las suyas en su intento de confundir el ateísmo con seudo escepticismo. El primero es critico y el segundo es una copia barata que intenta investirse de la ciencia y el escepticismo y se lo apropia como si fuera de él pero descalifica a los demás con base a distintos mecanismos mediaticos

En este sentidio, los primeros que lanzaron a apoyar la llamada teoría oficial de los atentados del 11-S fueron los seudoescepticos demostrando una vez que su pensamiento crítico que dicen promover es muy selectivo. Para callar a los demás montaron páginas que supuestamente refutaban las "conspiranoias" de los "magufos" y curiosamente todas esa páginas venían gracias a multinacionales del seudo escepticismo como CFI o ARP-SAPC, es decir, de sus socios y "empleados". Sus otra fuentes fueron el Popular Mechanics y sus "criticas" a los estudios que indicaban que algo no concuerda. La manera más fatal es que intentan asociar ser critico de la teoría "oficial" con aquellos que creen en reptilianos y ovnis como si hubiera una implicación necesaria entre creer en no sé que reptiles humanoides y la teoría del 11-S.
Con el tema de los transgénicos y el RoundUp pasó igual, intentan crear un supuesto consenso que indica que no hay ningun caso de daño real al usar agrotoxicos como RounUp. Y apenas una revisión acaba de denunciar que es al contrario, que no existe tan consenso unánime.
Hay varios ejemplos donde está claro la intervención ideológica de los lobbies seudoescepticos en apoyar intervenciones militares contra musulmanes y asociar toda la problemática exclusivamente al extremismo. Pero rápidamente caen en la contradicción de que algunos de estos mismos seudoescepticos ya admiten (porque antes decían que eras cosas "magufas") que ISIS está financiado por la OTAN.
Por eso el seudo escepticismo es veneno que se propaga para mientras caricaturizar temas de investigación que no les gustan, calumniar a investigadores e interesados en el tema, inventar que sufren acoso (cuando de hecho lo fomentan y lo hacen p.e. twitter y luego dicen que son "lobos solitarios" que no se responsabilizan de lo que hacen los demás).
Son grupos que no pueden erradicar la "superstición" que ven paranoicamente en todos lados y su solución no es estar abiertos a investigar sino a pedir pruebas y al mismo tiempo impedir que se hagan porque "no tienen sentido" o hacer peticiones y formar grupos de presión.
Por qué casi nadie denuncia a Bonfil y otros es algo interesante, pero hay una necesidad clara de hacerlo y actuar porque el seudo escepticismo está al servicio de la oligarquía aunque se disfracen de "pensamiento crítico".

zet1 dijo...

Esa tontería de que el mayor apoyo a Francia es por la cercanía étnica es una falacia.
Sobre todo porque la mayoría de la población mexicana es de la misma raza biológicamente hablando y porque tenemos las mismas costumbres. Tal vez esa asociación que intenta encubrir Bonfil se deba más bien al control ideológico que ofrecen los medios de comunicación y no a una cercanía étnica. De ser así, Bonfil tendrá que explicar por qué razón no vimos que los franceses se pusieran la bandera de México en Facebook cuando hubo la matanza de nos 43 estudiantes por parte del Narcoestado. Ni vemos que eso pase con las otras matanzas étnicas en otros países de latinoamérica a los que tenemos una mayor cercanía cultural y de costumbres. No vemos a gente de México poniendo la bandera de Honduras o Brasil por los genocidios que ahí ocurren.

Bonfil basa su planteamiento pretendiendo vender encubiertamente su marketing seudoesceptico y que creamos que los malos siempre son los rusos, norcoreanos y de siria.

Pobre latinoamérica no sale de sus contradicciones y todavía tiene que soportar el peso del seudo escepticismo made un USA by Randi.

Wm Gille Moire dijo...

"...porque el seudo escepticismo está al servicio de la oligarquía..."

Tonterías; ¿cuál oligarquía? (otro conspiranoico).

"Bonfil tendrá que explicar por qué razón no vimos que los franceses se pusieran la bandera de México en Facebook cuando hubo la matanza de nos 43 estudiantes"

Pues ya lo explicó: la solidaridad es SELECTIVA (y así tiene que ser; si no, pasaríamos las 24 horas "solidarizándonos" con todo el mundo).