Publicado en Milenio Diario, 26 de agosto de 2009
Dicha teoría -no es claro si es realmente "científica", pues como mucha de la cosmología, no cuenta con pruebas directas, aunque sí con un sustento físico y matemático coherente- intentaba solucionar un grave problema de la versión más popular de la mecánica cuántica (la "interpretación de Copenhague"): que las ecuaciones predicen que las partículas pueden existir en "estados superpuestos", a menos que sean observadas.
Para ridiculizar esta idea, Erwin Schrödinger, uno de los padres de la mecánica cuántica, postuló el experimento mental del gato que lleva su apellido, el cual estaría "vivo y muerto" mientras no fuera observado. Algo contrario al sentido común.
La versión de Everett postulaba una solución insólita: en el momento en que la partícula -o el gato- es observada, en vez de elegirse al azar una de las dos posibilidades, el universo se bifurca, dando origen a dos universos paralelos: en uno el gato vive; en el otro muere.
Aunque en una entrevista reciente en la revista Discover el físico-matemático Roger Penrose, una de mas mentes científicas más brillantes de la actualidad, la calificó de "locura", lo cierto es que la extraña -mas no absurda- teoría de Everett sigue interesando a muchos físicos.
Pero ocurre que ya en 1941 Jorge Luis Borges, gloria de la literatura hispanoamericana, había publicado su extraordinario cuento El jardín de los senderos que se bifurcan, donde prefiguraba con claridad la teoría de muchos mundos. A veces las conexiones entre ciencia y literatura sorprenden tanto como las teorías científicas más audaces.
El pasado 24 de agosto Borges hubiera cumplido 110 años. Quizá en otra realidad posible, donde es aún más longevo, los cumple. En otra más, es normal cumplir esa edad.
Quizá haya realidades alternas donde el sistema educativo mexicano no esté en ruinas, donde los futuros maestros no reprueben masivamente el examen para seleccionarlos. Donde su lideresa sindical no sea vitalicia y pueda pronunciar palabras de más de dos sílabas como "epidemiológico", o siglas como "H1N1" sin confundir los unos con eles.
Donde no se eliminen partes vitales de la historia nacional, como la Conquista o la Colonia, de los libros de texto.
Quizá.