por Martín Bonfil Olivera
Publicado en Milenio Diario, 25 de junio de 2008
Mucho se defienden los derechos de los no nacidos, como prueba la peregrinación del pasado domingo a la Basílica de Guadalupe, a la que asistieron millones… perdón, cinco mil personas (entre ellas indígenas mazahuas que pensaban que se trataba de “dar gracias a la virgen”). Desgraciadamente, la lucha se limita a defender el derecho a la vida de sólo una parte de los no nacidos: los concebidos.
Como en la ciudad de México se despenalizó el aborto hasta las 12 semanas, numerosas mujeres se sienten libres de recurrir a esta medida para terminar con embarazos que hubieran podido evitar si no hubieran sido irresponsables (pues como sabemos, las violaciones, los accidentes y los “proyectos de vida” son simples pretextos).
Mujeres criminales: ponen su bienestar por encima del de un ser humano concebido que merece plenos derechos humanos. Los concebidos son personas plenas, aun cuando no estén desarrolladas. No pueden sentir dolor, es cierto, pues su sistema nervioso apenas ha comenzado a construirse y no cuenta todavía con las estructuras que les permitan sentirlo (ni ninguna otra sensación). Tampoco tienen conciencia.
No importa. El óvulo fecundado o cigoto tiene la información genética de un ser humano completo. Pensar que entre una célula o conjunto de células en desarrollo y un ser humano hay alguna diferencia es absurdo. Si hay información genética, hay ser humano. Somos nuestros genes; nada más.
Los planteamientos modernos de la biología según los cuales la información genética es sólo un componente de los muchos que deben estar presentes para que un cigoto pueda convertirse en bebé son sólo silogismos para fomentar la cultura de la muerte (que, como se sabe, busca la muerte de todos los seres humanos).
Pero hay algo más grave: al defender sólo a los concebidos, olvidamos a una parte mayoritaria de los no nacidos: las personas que, aunque todavía no han sido concebidas, merecen también plenos derechos humanos. Después de todo, ¿qué tiene un óvulo fecundado que no tengan un óvulo y un espermatozoide que todavía no se unen?
Hoy que la Suprema Corte está decidiendo si se declara o no inconstitucional a la ley que despenaliza el aborto, ¡recordemos a los no concebidos! No por no ser todavía un cigoto estos seres humanos carecen de derechos. ¡Digamos no al pre-aborto! (¿Servirá de algo el sarcasmo?)