Publicado en Milenio Diario, 4 de junio de 2008
¿Puede una computadora entender el significado de una palabra?
A muchos todavía les parece absurda, si no insultante, la simple sugerencia de que una máquina pudiera entender algo, en el sentido en que lo hace un cerebro humano.
Y tienen razón... por el momento. Sin embargo, todo hace pensar que la situación cambiará, como muestra un trabajo publicado en la revista Science el 30 de mayo.
Investigadores del Departamento de Aprendizaje Computarizado de la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh, han construido un modelo de computadora que puede predecir qué áreas de un cerebro humano almacenan el significado de una palabra.
Lo que hace el modelo generado por Tom Mitchell y su equipo es predecir, con alto grado de precisión, qué áreas del cerebro se activan cuando una persona observa una palabra. Para lograrlo fue entrenado de dos maneras. Primero, se le expuso a un extenso acervo de textos en inglés, de manera que pueda aprender con qué frecuencia una palabra aparece junto a otras. Según ciertas teorías lingüísticas, el significado de una palabra en nuestro cerebro depende, al menos en parte, de las palabras junto a las que frecuentemente aparece.
El segundo paso es ofrecer al modelo computarizado las imágenes de resonancia magnética funcional de los cerebros de nueve sujetos experimentales (estudiantes universitarios), que muestran qué áreas de sus cerebros se activan al observar distintas palabras, de un conjunto de 60. Se obtuvo la imagen “promedio” de cada palabra para los nueve estudiantes (a la que previamente le “restaron” las áreas que se activan siempre, con cualquier palabra). La computadora entonces relacionó las imágenes cerebrales de cada palabra con las frecuencias de conexiones entre palabras en el idioma inglés.
Finalmente, se le pidió a la computadora que predijera la imagen de qué áreas se activarían en un cerebro al ver alguna palabra nueva, y luego se comparó la predicción con la imagen real del cerebro de los estudiantes al leer la palabra. La exactitud fue de 77 por ciento (al azar, hubiera sido 50 por ciento).
Se puede afirmar, que el modelo de Mitchell, probado de varias maneras, es una buena primera aproximación para saber qué palabra piensa una persona con sólo observar qué áreas se activan en su cerebro.
¿Leer la mente? Todavía no. Pero parece que no seguirá siendo imposible por mucho tiempo, al menos en cierta medida. Gulp.
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