miércoles, 19 de julio de 2006

Espejos en el cerebro

Martín Bonfil Olivera
19 de julio de 2006
Milenio Diario
Para Laura Lecuona,
compañera cinéfila

La escena es común. Un celular suena a media película. Un desconsiderado contesta y se pone a hablar. Un vecino se queja. La agresión que sigue no es tan común: el del celular amenaza con arrojar su refresco al quejoso, que se repliega con cada vaivén del vaso, causando la risa del agresor. El líquido finalmente es arrojado, pero la reacción del agredido (levantarse para poner una queja) provoca una respuesta inesperada: el agresor se lanza sobre el quejoso, derribándolo e iniciando una gresca.

Más allá del estudio de la agresión entre primates, el ejemplo destaca la novedad de la última década de estudio del cerebro: la existencia de neuronas espejo que simulan o reflejan lo que observamos. Las de la región que controla el movimiento de nuestro brazo se activan cuando el sujeto ve a otro individuo estirar el suyo para tomar algo. Las del tacto, que se activan al rozar la pierna con una pluma, pueden también activarse al ver en video cómo la misma pluma roza la pierna de otro.

La utilidad de las neuronas espejo, descubiertas originalmente en simios, parece ser predecir los movimientos (e incluso las intenciones detrás de los movimientos) de quienes nos rodean. El contexto de una misma acción (tomar una taza de café) activa distintas áreas del cerebro dependiendo de si la intención parece ser beber (cuando la mesa está ordenada y hay galletas y leche al lado) o simplemente limpiar una mesa desordenada.

Las neuronas espejo incluso parecen jugar un papel en la capacidad para sentir empatía: ponerse en el lugar de otra persona. Las de niños con problemas de empatía, así como de pacientes autistas (incapaces de generar modelos internos de lo que sienten otras personas) presentan menor actividad que las del común de la gente.

En el cine, el quejoso se encogía ante la amenaza del refresco porque sus neuronas espejo le permitían leer la intención del agresor: mojarlo. Las del agresor interpretaron, erróneamente, el ponerse de pie como un preludio a la agresión.

El estudio de las neuronas espejo promete ser importante para la psicología clínica y del aprendizaje, el autismo e incluso quizá en la actuación y la mercadotecnia. Mientras los cines no instalen bloqueadores de celulares en sus salas, sólo espero que la próxima vez que mi vecino conteste su teléfono no haya también comprado un refresco.

Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx

1 comentario:

dull dijo...

Hola, tengo un sobrino autista. LO que escribes es esperanzador.
Muy bueno tu blog, te deje otro comentario en la entrada de los x men.
saludos.