Milenio Diario, 20 de diciembre de 2006
No soy pesimista, pero las ocho columnas de MILENIO Diario el lunes pasado son elocuentes: “Quitan 155 millones de pesos a cáncer y genoma”. Los recortes a los Institutos Nacionales de Salud, entre los que destacan Cancerología y el recién creado de Medicina Genómica, confirman los temores: para el gobierno calderonista, la investigación científica no es prioridad; ni siquiera la médica.
MILENIO Diario restriega sal en la herida: reporta que la “Oficina de la Presidencia de la República” (presidida por Juan Camilo Mouriño, un señor con cara de pocos amigos que en realidad es el vicepresidente) tendrá un presupuesto de ¡casi mil 600 millones de pesos! (el del Instituto Nacional de Cancerología será de 315 millones).
Otras noticias permiten predecir —sin necesidad de mágica bola de cristal ni científicas simulaciones por computadora— que 2007 será un mal año para la ciencia en México (y por tanto, otra oportunidad perdida para mejorar nuestro futuro). Una, el brutal (y embrutecedor) recorte a cultura y educación. Otra, la negativa de PRI y PRD a adoptar la propuesta del Partido Alternativa para desviar a estos rubros un poco de los exageradísimos recursos que se otorgan a los partidos para “gastos de operación” (es decir, mantener sus elefantiásicas y dispendiosas infraestructuras).
Académicos como Ciro Murayama y Lorenzo Córdova proponen una disminución de 50% en estos gastos, que en una democracia como la nuestra, basada en propaganda y no en argumentos, finalmente acaban pagando anuncios en televisoras y otros medios masivos. Es claro que sus propuestas no serán escuchadas.
Hace varios sexenios, el Conacyt, que había sido creado en 1970 como una entidad monstruosa (su antiguo edificio es ahora ocupado por el Museo de Ciencias Universum, de la UNAM), sufrió un eficaz proceso de adelgazamiento: se mudó a un edificio modesto, redujo su burocracia, eficientó sus procedimientos. Aunque hoy ha vuelto a crecer, demostró que con voluntad se pueden reducir gastos superfluos y mejorar el servicio. ¿Será imposible que los partidos políticos hagan lo mismo?
Como puntilla, MILENIO Diario informa que el cardenal Norberto Rivera bendice a nuestros legisladores. Quizá no ande tan descaminado: con un gobierno que desprecia la educación, la cultura y la ciencia, tal vez el pensamiento mágico sea la única esperanza que nos queda. ¡Feliz Navidad!
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
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