miércoles, 21 de mayo de 2008

Ciencia sexual

por Martín Bonfil Olivera
Publicado en
Milenio Diario, 21 de mayo de 2008

“Que nadie vea disminuidas sus libertades a causa de las creencias religiosas de otra persona”, plantea el Centro para la Indagación (Center for Inquiry), asociación estadunidense que promueve el pensamiento científico y humanista, al comentar la decisión de la Suprema Corte de ese país de aprobar las bodas entre individuos del mismo sexo.

Mientras, en México la primera boda entre transexuales tuvo que hacerse a través de un hueco legal (fue posible porque un hombre se casó con una mujer, finalmente) y entre protestas de la Iglesia católica: Hugo Valdemar, el homófobo vocero de la Arquidiócesis de México, declaró que la boda es “un ataque a la familia tradicional” y “una perversión de la sociedad”.

Afortunadamente, en el mundo de la ciencia hay menos prejuicios contra el sexo. Así, la revista Nature puede reportar que una compañía productora de condones (la inglesa SSL, fabricante de la marca Durex) ha desarrollado una máquina que simula una relación sexual para probar la resistencia de sus productos.

Los condones normalmente se prueban inflándolos, circunstancia no muy similar a su uso real. Por ello, Durex desarrolló una máquina que hace que el condón penetre repetidamente en un orificio de diámetro variable, cuya lubricación también puede variarse.

Así se descubrió que las rupturas suceden no debido a fallas en la manufactura, sino a que las insistentes acometidas van estirando progresivamente una zona cercana a la punta del condón, hasta romperlo.

Por su parte, la revista Scientific American Mind, en su número de abril, ofrece un reportaje sobre el orgasmo, enfocado no desde el punto de vista fisiológico, como es tradicional, sino cerebral. Comenta descubrimientos recientes que han sido posibles gracias a las técnicas de visualización cerebral in vivo, como la tomografía por emisión de positrones (PET).

Realizando estudios con hombres y mujeres, han descubierto que áreas del cerebro relacionadas con la percepción de riesgos, como la amígdala, se “apagan” durante el orgasmo. Y que en las mujeres el “apagón” es más generalizado, pues también se inactivan áreas relacionadas con el control de los impulsos, los juicios sociales y el razonamiento moral.

Ya se sospechaba, pero hoy se sabe: para gozar un buen orgasmo, hay que perder el control. ¿Lo entenderán algún día los moralistas que preferirían reprimir toda manifestación del placer y la libertad sexual?

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3 comentarios:

Leonor dijo...

¡Hola!
Bueno primero que nada, quisiera felicitarte por el blog y por tu labor de investigacion, la verdad es uno de mis favoritos, pues hasta hace poco la ciencia era algo que no me interesaba mucho, y como mis estudios (Actualmente curso la carrera de Lic. en Derecho en la Universidad Autónoma de Chihuahua) no me exigían expandir mis conocimientos en este ámbito, nunca fui muy dedicada en la materia.
Pero para mi sorpresa, he encontrado temas interesantísimos aquí, como el de el síndrome de la punta de la lengua, y el de las neuronas espejo, entre otros.
Muchas gracias por compartir tus conocimientos por este medio.

Un abrazo desde Chihuahua.

Martín Bonfil Olivera dijo...

¡Mil gracias! Ya he recibido un poco de "hate mail" de lectores a los que molestó mucho que tocara el tema del placer sexual... ¡Lo cual es prueba de que hay que seguirlo haciendo!

saludos,
martín

Anónimo dijo...

Gracias por tus blog. Temas interesantes, informativos y con cerebro.

Para este tema te dejo una frase que un amigo siempre dice: "Si se siente rico... no puede ser malo"

Saludos.