por Martín Bonfil Olivera
Publicado en Milenio Diario, 3 de septiembre de 2008
Prevaleció el sentido común. Tras considerar diversos y abundantes argumentos, seis ministros y dos ministras de la Suprema Corte votaron a favor de declarar constitucionales las reformas al Código Penal y la Ley de Salud del Distrito Federal que despenalizan el aborto hasta las 12 semanas de embarazo.
Las reformas quedan así a salvo de nuevos cuestionamientos, y se abre la vía para que otros estados modifiquen sus leyes para ampliar en todo el país las libertades de las mujeres.
Los opositores a la despenalización se empeñaron en reducir el debate a un conflicto entre los derechos de la mujer y los del embrión. Los ministros reconocieron que se trataba de un sofisma: la vida en gestación es digna de ser protegida, pero no es todavía vida humana. Los derechos de la mujer son los únicos en juego.
En el debate, el conocimiento científico acerca del proceso de gestación y las condiciones necesarias para considerar que existe vida humana –en particular, la existencia de un sistema nervioso central maduro y funcional– fue determinante, junto con las consideraciones sobre la difícil situación de las mujeres que recurren al aborto, para llegar a la decisión que ahora celebramos.
La importancia de la ciencia en las controversias sobre temas que afectan a la sociedad seguirá creciendo. Ya tenemos encima discusiones relacionadas con salud y sexualidad –transexualidad, investigación con células madre, eutanasia, clonación… Y vienen otras: energías alternativas (solar, geotérmica, nuclear), contaminación, manejo de basura y residuos tóxicos, cultivos transgénicos…
En todos ellos habrá que tomar decisiones. Sólo quien entienda, al menos en principio, la ciencia y la tecnología relacionadas con cada uno, podrá opinar responsablemente. Mientras el ciudadano medio no tenga una mínima cultura científica, la discusión quedará sólo en manos de expertos y políticos.
Urge democratizar el conocimiento científico y técnico: ponerlo al alcance del público. La despenalización del aborto se logró en gran parte gracias a la campaña de información y educación emprendida por los grupos defensores. En los debates por venir, la labor de periodistas científicos, divulgadores y educadores será central para permitir que nuestros ciudadanos puedan participar en la toma de estas decisiones que afectarán a toda la sociedad.
Recordémoslo: la ciencia también forma parte de la democracia.
6 comentarios:
Pues a mi me parece excelente esta noticia.
En la página de Sucesos Cotidianos, escribían que entonces que pasa con los derechos del hombre. Él debe reconocer a un hijo aunque no quiera y entonces ¿porque una mujer puede elegir tener o no un hijo? ¿Habrá que velar ahora por los derechos del hombre?
Excelente noticia....Pero me gustaria aclarar que lo que prevalecio no es el sentido comun si no la racionalidad.
Pues, para esto hay mucha tela de donde cortar, yo pensaría que hay vida desde que se forma el embrión, no tanto que se desarrollen los sistemas.
Ojalá, se pongan las pilas los investigadores que trabajan con células troncales en nuestro país, para que al menos la muerte de un futuro niño inocente, pudiera llegar a dar vida a futuro
"La existencia de un sistema nervioso central maduro y funcional" Fulminante, siempre me han hecho saber que el embrión sufre.
Algunos comentarios:
-seguir pensando que el hombre tendría que tomar parte en la decisión de un aborto a mí me parece un residuo del machismo dominante en nuestra cultura: seguimos pensando que el hombre es el dueño de la mujer, de su cuerpo y de sus hijos.
-Por supuesto que hay vida desde ANTES de que se forme el embrión, en el espermatozoide y el óvulo. ¿Son las emisiones nocturnas o la menstruación asesinatos? No, porque no es lo mismo vida que ser humano. No hay ser humano desde el inicio, sólo células en desarrollo. Por lo mismo, no hay "futuro niño inocente" (aparte, ¿inocente de qué? ¿nosotros somos "culpables"?).
saludos,
martín
-
Creo que no me explique bien y estoy de acuerdo en tachar de machista al que cree que es dueño del cuerpo de la mujer. En todo caso no es a eso a lo que me refería.
A lo que me refiero es a la ley que obliga al hombre a reconocer un hijo.
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