miércoles, 15 de enero de 2014

Adicciones

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 15 de enero  de 2014

Ahora que el tema del día son las autodefensas que supuestamente se enfrentan a los cárteles de la droga, resulta especialmente acertado que la prestigiada y sexagenaria Ciencia, revista de divulgación de la Academia Mexicana de Ciencias, dedique su número de enero-marzo al tema de las adicciones.

Las discusiones sobre drogas y adicción siempre son polémicas. En cualquier grupo de más de cinco siempre hay alguien que defienda su uso –quizá por convicción, quizá por ser o haber sido usuario de ellas–, con argumentos que van del “no causan daño” (muchas veces añadiendo el toque de quimiofobia al decir que esto se debe a que “son naturales”) a que son una inigualable fuente de placer o, incluso, a que son parte de la lucha contra las restricciones opresivas de “el sistema”.

Cada quien tiene derecho a decidir qué sustancias se mete –o no– al cuerpo. Pero lo que muestra la selección de artículos incluidos en la revista, escritos por expertos en el tema y documentados en amplios estudios nacionales e internacionales, es que, dígase lo que se diga, el consumo de “sustancias de abuso”, sean éstas permitidas, como alcohol o tabaco, o ilegales, como la marihuana, la cocaína o los inhalables, tienen innegables efectos nocivos no sólo en la salud de los consumidores, sino en su entorno social.

Los artículos de este número de Ciencia ofrecen, además de explicaciones detalladas, pero accesibles, del mecanismo mediante el que las drogas causan sus efectos, y en especial de cómo provocan la peligrosa dependencia; un panorama de su uso y reglamentación en México, del perfil de los usuarios y una perspectiva de los tratamientos existentes para combatir las adicciones.

Y también una cantidad enorme de datos sorprendentes y alarmantes. ¿Sabía usted que en nuestro país ocurren unas 65 mil muertes al año debidas al tabaco? (Casi 180 muertes diarias. Un dato así le da otra perspectiva a la expresión “guerra contra las drogas”…). ¿Que las drogas inhalables fueron las más usadas por estudiantes, hasta que en 1997 fueron superadas por la marihuana? ¿Que 27% de los menores de edad en zonas de pobreza han consumido inhalantes? ¿Que el tabaco causa 30% de todos los casos de cáncer, y 80% de los cánceres de pulmón? ¿Que basta el humo de dos cigarros en una habitación para producir efectos en la salud de los fumadores pasivos similares a los de los fumadores activos? ¿Que el ritmo de producción de cigarros actual alcanzaría, si se pusieran uno tras otro, para darle la vuelta al mundo en una hora, contra las 40 que tarda un avión? ¿Que la marihuana, contrariamente a la creencia popular, afecta permanentemente la capacidad de concentración, memoria y resolución de problemas de quienes la fuman?

Hoy que la cuestión de las drogas, en todas sus vertientes, está en el centro de las preocupaciones nacionales, el número sobre adicciones de Ciencia es una fuente ideal para saber lo que las ciencias nos dicen al respecto. Muy recomendable.

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2 comentarios:

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Tocayo, es muy pertinente el comentario que propones hoy.
Actualmente hay una creciente corriente a favor de la despenalización de la comercialización de la marihuana, básicamente por una razón: se asume que el combate a los carteles de la droga no se puede ganar por las autoridades, que es inaceptable la cantidad de muertes y que la manera de terminar esto es similar a como se afornto al prohibición para el alcohol en EEUU; que si no es ilegal, se le quita poder a los carteles, que será el propio mercado el que los envuelva y controle.
Lamentablemente, pierden de vista algo incontrovertible: sea que se venda ilegalmente, como hasta hoy en dia, o legalmente, como lo proponen, LA DROGA ES LA MISMA SUSTANCIA Y LOS EFECTOS NOCIVOS SON LOS MISMOS. Mi opinión es que se debe PRIMERO afrontarlo como un problema de salud publica y solo hasta haber agotado esa vertiente, verlo como un problema de seguridad… verlo al revés, primero lo conveniente y luego si daña o no a la salud (es un decir, por supuesto que la daña) para mi es el equivalente DE TENER UN PROBLEMA ENFRENTE Y MIRAR PARA OTRO LADO de parte de la autoridad.
Si la marihuana, la mas “leve” de las drogas, tiene como dice el Tocayo efectos nocivos permanentes en el cerebro (y de ahí para peor con cada otra droga) ¿Qué necesidad tenemos mas de pensarle si legalizar o no? ¿de que se trata, de decidir por la salud misma o por la conveniencia?
Yo solo dejo una reflexión aquí en estas líneas: el gobierno ha emprendido una lucha legitima contra productos milagro, contra terapias charlatanas, que ven desde no aliviar la enfermedad en cuestión hasta un franco perjuicio para la salud… si con esas pastillas para bajar de peso, o terapias para mejorar el cutis, SE ES TAN SEVERO E INFLEXIBLE y el perjuicio es típicamente reacciones alérgicas de la piel o intoxicaciones estomacales… ¿Qué DIRAN ESTOS CHARLATENES QUE SEAN TAN INFLEXIBLES CON ELLOS Y ESTEN PENSANDO DAR VIA LIBRE A SUSTANCIAS TAN MANIFIESTAMENTE NOCIVAS COMO MARIHUANA, COCAINA, HEROÍNA, CRACK? Sencillamente no habria congruencia si ocurriera asi, no habría razón valida; la única explicación seria esta: el gobierno se rindió en su obligación expresa de combatir la criminalidad, se manifiesta vencido, y para no verse en completo ridículo, hace un artilugio y convierte lo ilegal en legal, para no tener que perseguirlo. En el fondo, es esta la amarga conclusión: el gobierno actual es muy cercano a declararse incapaz de combatir el narcotráfico y prefiere cambiar la ley, para incorporarlo a la “legalidad”… ¿Y EN QUE MOMENTO PIENSA EN SU OBLIGACION DE CUIDAR LA SALUD PUBLICA?
Las drogas se venden, son tan fuertes, porque hay quien compre. Al final, siempre al final, tenemos la realidad que nos merecemos como sociedad. Falta de compromiso personal con el deber ser, falta de compromiso social con lo que mis acciones provocan, feroz individualismo que me lleva al primero yo, luego yo y al ultimo yo. Si el drogadicto percibiera cabalmente, que como en cualquier mercadotecnia, ES EL ÉL QUE MANDA, COMO MANDA SIEMPRE EL COMPRADOR, sabría que esta en sus manos acabar con los narcos. Esa si que es la solución final: que nadie, en ningun lado, compre un carrujo mas, y verán como se acaba esta lacra.
No es imposible. Tendríamos que cambiar personalmente y como sociedad. Pero no es imposible.

FRod dijo...

Estimado, a veces me extraña tu conservadurismo e ingenuidad. Te paso un artículo científico para que te informes más sobre el tema de las incongruencias en el marco jurídico de la marihuana: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2703743/