miércoles, 22 de enero de 2014

Los enredos del sexo

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 22 de enero  de 2014

Reproducción en levaduras
No hay duda: el sexo puede ser muy complicado (y, según Freud, da origen a gran parte de los problemas de la especie humana). Pero si para los humanos es difícil, hay que imaginarse cómo será para otras especies de animales que tienen posibilidades que nosotros ni imaginamos, como ser hermafroditas, poder cambiar de sexo o incluso reproducirse por partenogénesis, sin necesidad de que el óvulo sea fertilizado por un espermatozoide.

Y hay modalidades de reproducción todavía más embrolladas. Desde nuestra visión antropocéntrica, tendemos a pensar siempre en términos de machos y hembras. Pero lo que define a los sexos no es, como pudiera pensarse, quién ejerce la penetración o quién es penetrado en el coito. Biológicamente, la definición de “hembra” es el sexo que produce un gameto (célula sexual) grande y estacionario, y “macho” es el que tiene gametos pequeños y móviles.

A su vez, el sexo de un individuo está determinado por sus cromosomas. En general, un cromosoma Y (y uno X, para completar el par de cromosomas sexuales) produce machos, mientras que su ausencia (dos cromosomas X en el par sexual) produce hembras.

Pero eso ocurre sólo en especies anisogámicas (literalmente, con gametos distintos). En las especies isogámicas, como muchas plantas, los gametos de ambos sexos son iguales (pueden ser móviles o fijos): no hay óvulo ni cromosoma espermatozoide. Los “sexos” de estas especies –que los especialistas denominan más bien “tipos sexuales” o “tipos de apareamiento”– suelen designarse, simplemente, con los signos + o –.

Y luego están los microorganismos. Las levaduras, por ejemplo, hongos unicelulares, pueden usar la típica reproducción asexual, por gemación, que produce dos células idénticas, o la más interesante reproducción sexual entre células de dos tipos, llamados “a” o “alfa” (en este caso no se usan los signos). Las a sólo se aparean con las alfa, y viceversa. ¡Ah, pero si es necesario, una célula puede, mediante un interesante sistema de “cassettes” genéticos intercambiables, cambiar su sexo!
Tetrahymena thermophila apareándose

Y el colmo son algunos protozoarios como Tetrahymena thermophila, organismo modelo usado en muchos laboratorios y que ha permitido hacer grandes descubrimientos en biología molecular, cuyas células tienen dos núcleos: un micronúcleo (o núcleo sexual), que sirve para la reproducción, y un macronúcleo (o núcleo somático), que se ocupa de todas las demás funciones celulares. Las células de Tetrahymena pueden aparearse para reproducirse sexualmente, pero existen ¡siete sexos!, llamados, con poca imaginación, I, II, III, IV, V, VI y VII, que pueden dar lugar a 21 combinaciones (un sexo no puede aparearse consigo mismo).

No hay duda: el sexo puede ser muy complicado. A veces, más de lo que uno creería.

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3 comentarios:

Martín Bonfil Olivera dijo...

Una disculpa: donde dice "no hay óvulo ni espermatozoide" debería decir "no hay óvulo ni espermatozoide". Gracias a Luis González de Alba por avisarme del error...

Ribozyme dijo...

Muy bueno, interesante. Yo agregaría que debieras aclarar que la determinación de sexos XY aplica n particular para los mamíferos, o al menos la mayoría de ellos; los monotremas dependen de más pares de cromosomas).

Y hablando de cosas interesantes sobre el sexo, está el caso de los peces payaso, en el que en lugar de haber parejas, hay grupos reproductivos con una sola hembra dominante y varios machos, pero sólo uno de éstos, el dominante, participa en la reproducción con la hembra, los demás son "de reserva". Y una cosa bien curiosa, TODOS los peces payaso nacen siendo machos. Las hembras se producen cuando en un grupo reproductivo la hembra muere, y entonces el macho dominante se convierte en hembra y la sustituye, y a su vez es sustituido por uno de los machos de reserva. De tal modo que en la película "Buscando a Nemo", Marlin debería haberse transformado en hembra y haberse buscado un novio...

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

¡Me imagino, en esa especie que tiene siete sexos, UNA “POLITICA PUBLICA CON PERSPECTIVA DE GÉNERO! Jaja, esa si que sería una política compleja y burocrática de origen.