miércoles, 5 de febrero de 2014

Mareas rojas, ciencia y suspenso

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 5 de febrero  de 2014

Foto: Martín Bonfil
1963: Se estrena la aterradora película Los pájaros, del maestro del suspenso Alfred Hitchcock, que muestra los ataques enloquecidos de aves contra los habitantes de la costa de California. El filme se basó en una historia de la escritora Daphne du Maurier, pero tenía un antecedente
en la realidad. En agosto de 1961 las aves marinas de la Bahía de Monterrey, California, comenzaron a comportarse muy raro, volando desorientadas, vomitando y chocando contra edificios y gente. Al día siguiente muchas aparecieron muertas. Después se supo que probablemente se habían intoxicado con algas del género Pseudo-nitzchia, que producen una toxina llamada ácido domoico, que puede afectar seriamente el sistema nervioso de los animales. Días antes había habido un florecimiento (bloom) de dichas algas en aguas cercanas: lo que se conoce como “marea roja”. Los peces, al comer el plancton –del que forma parte el alga– acumularon la toxina, y las aves, al comer los peces, se intoxicaron a su vez.

1974. A los nueve años, recibo de mis padres un libro titulado Reino animal: de la amiba hasta el hombre, de la editorial española Daimon, con “450 ilustraciones en color” (no era tan común entonces; de hecho el estilo profusamente ilustrado del volumen era novedoso y precursor de los hoy popularísimos libros estilo Dorling-Kindersley). Aunque anticuado (la edición original en inglés era de 1958, y todavía hablaba del “protoplasma” como “el componente fundamental de la materia viva”), el librito era muy claro, porque iba clasificando a los animales por categorías taxonómicas, e ilustrando y explicando las características de cada una.

En el capítulo sobre “animales inferiores”, mencionaba a cierto tipo de “flagelados” marinos: protozoarios que pueden moverse gracias una prolongación llamada flagelo, e ilustraba uno de ellos, el Gonyaulax, parecido a una pequeña cápsula espacial. “Cuando se halla en gran cantidad tiñe de rojo el mar y provoca la muerte de los peces y los mejillones”, explicaba mi librito.

2014: 40 años después, estoy en el laboratorio del Departamento de Plancton y Ecología Marina del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR), un centro de investigación científica del Instituto Politécnico Nacional que se halla en La Paz, Baja California Sur (hermosa ciudad donde me hallaba dando un curso).

Ahí Lorena María Durán Riveroll, estudiante de doctorado en el grupo de la doctora Christine Band Schmidt, que se especializa en la ecología y fisiología del plancton nocivo, me muestra el microorganismo con el que trabaja, y que también causa mareas rojas: Gymnodinium catenatum. Lorena toma unas gotas del cultivo, en las que se pueden ver diminutos puntitos verdes, menores que una mota de polvo, y las pone al microscopio. Al asomarme, veo cadenitas de células verdosas, que nadan y giran desordenadamente. “Cuando se reproducen van formando cadenitas; entre más largas son, más rápido nadan”, me explica. Porque, supongo, el impulso de los flagelos de cada una se va sumando.


Gymnodinium catenatum
Gymnodinium produce la llamada “saxitoxina”, que puede causar desde dolor de cabeza y vómitos hasta parálisis y muerte. En el laboratorio estudian su estructura química y las condiciones fisiológicas y ambientales que promueven su producción. Cuando le pido que me muestre una imagen de Gymnodinium en microscopio electrónico (en un libro), me encuentro con un retrato muy parecido al de mi viejo conocido Gonyaulax. No son la misma especie, pero deben ser primos.

Más allá de poder llegar a entender y prevenir las mareas rojas, o quizá desarrollar mejores métodos para combatir las intoxicaciones, e incluso aprovechar algunas propiedades de las toxinas que producen estos microorganismos para usarlas, por ejemplo, como anestésicos (todas posibilidades que están explorando en el laboratorio de la Dra. Band), me vuelvo a asombrar de las conexiones inesperadas y las sorpresas que la ciencia siempre nos ofrece.

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6 comentarios:

Rebeca Rosas dijo...

Otro libro de Daphne du Maurier que también fue adaptado al cine por Hitchcock es "Rebeca" que advierte sobre los peligros de juntarse con gente llamada Rebeca y que también está basado en hechos reales.

Martín Bonfil Olivera dijo...

Ja jaaa!!!! TEndré en cuenta la advertencia...

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

¡Peligroso el bicho ese!

Martín Bonfil Olivera dijo...

Wow, Thanks, Dr. Malinowski (musanim!!

Les comento que el creador de la MAM me envió el siguiente correo:

"Hello Martin Bonfil Olivera,
Thank you for the good article about my work.
Best regards,
Stephen"

Martín Bonfil Olivera dijo...

Wow, Thanks, Dr. Malinowski (musanim!!

Les comento que el creador de la MAM me envió el siguiente correo:

"Hello Martin Bonfil Olivera,
Thank you for the good article about my work.
Best regards,
Stephen"

Unknown dijo...

Son sorpendentes cada uno. Necesito ponerme a leerlos cada uno para entender un poco. Soy de la ciudad de Mazatlán Portomolino.com‏ un lugar tranquilo y ecologico. Me interesa conocer más del tema..

Saludos