miércoles, 21 de febrero de 2007

De nervios y feromonas

Martín Bonfil Olivera
Milenio Diario, 21 de febrero de 2007


Mucho se habla –más este mes– de la química del amor , y en especial de las feromonas: mensajeros químicos que los organismos secretan para, entre otras cosas, atraer parejas sexuales.

Se detectaron primero en insectos, en 1956, pero luego se probó su existencia en mamíferos, en los que modulan la maduración y el comportamiento sexual, el celo e incluso el embarazo (las feromonas de un ratón macho pueden causar que una hembra embarazada por otro macho aborte).

Las feromonas no ejercen sus efectos a través del olfato, sino mediante el llamado órgano vomeronasal , presente en la nariz, que se conecta a zonas del cerebro que controlan el comportamiento sexual, sin pasar por el bulbo olfatorio.

Se ha debatido mucho si existen feromonas humanas (incluso, hay quien vende “lociones de feromonas” que por supuesto son un embuste). Algunos fenómenos, como la sincronización de los ciclos menstruales de mujeres que habitan juntas, parecen responder ellas. Y un famoso estudio halló que, olfateando camisetas sudadas (¡en serio!), las mujeres preferían a ciertos varones: aquellos cuyos genes MHC (relacionados con la inmunidad) fueran más distintos a los propios. La lógica evolutiva de esto es que los hijos de padres con genes MHC distintos tendrán mejores sistemas inmunitarios.

Pero hasta hace poco no había evidencia de que el órgano vomeronasal humano, que parece estar atrofiado, pudiera funcionar. Por eso es interesante enterarse, en la revista Scientific American Mind de febrero, que se ha descubierto que un pequeño y frecuentemente ignorado nervio craneal realmente lo conecta con las áreas cerebrales que controlan la reproducción.

En resumen, quizá sí existe la famosa “química” que produce atracciones (ya no tan) inexplicables entre personas. Pero mientras no se confirme, tendremos que seguir dependiendo de los métodos tradicionales para ligar.

¡Mira!

1) La excelente revista de difusión Ciencias, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, celebrará 25 años el sábado 3 de marzo a las 14 horas en la Feria del Libro de Minería (salón 3). Conviene, además de leerla, asistir al festejo,

2) Mientras el rector de la UNAM pide “poner la educación en el centro de las políticas nacionales”, Calderón aumenta 46% el salario de militares el Día del Ejército. ¿Hará lo mismo con los docentes cuando llegue el Día del Maestro? Cuestión de prioridades…

Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx

6 comentarios:

Lienzo dijo...

Independientemente de si existe o no la "quimica" entre personas, lo importante sería que el demostrarla no necesariamente lleva a cambios en la forma del amor o de ligar entre las personas, porque si pensamos que demostrar ciertas funciones biologicas nos lleva a cambiar o mejorar las acciones relacionadas con esas funciones entonces estariamos enmarcando al ser humano en un mecanicismo. Podemos pro tanto distinguir entre el amor, como lo trata el humanismo, y los procesos fisicos del mismo? controlando uno se controla al otro? no , no lo creo

Martín Bonfil Olivera dijo...

Estimada Janik, veo por tu blog y tu participación en talleres literarios que tu comentario no es para tomarse a la ligera. El punto de mi comentario -demasiado breve para profundizar como lo merecía el tema- es que fenómenos humanos complejos y maravillosos como el amor no podrían existir sin el sustrato biológico que los sustenta. No podríamos amar sin cerebro, pues. Ni, al parecer, sin feromonas. Pero eso no quiere decir, por supuesto, que el amor sea sólo el cerebro o las feromonas. así como la poesía no son sólo las palabras, o el papel o la tinta en que están impresas (pero no puede existir sin esas palabras). ¿Mecanicismo? No en el sentido burdo; sí en el sentido naturalista: todo fenómeno humano tiene, por necesidad, que tener un sustento material (por oposición a lo inmaterial/místico). Pero lo realmente bonito es darse cuenta de cómo la química, la biología molecular y celular, la neurología, la fisiología, etc. pueden dar origen, por una vía que se puede entender racionalmente, a los fenómenos psíquicos que nos hacen ser humanos: el yo, la memoria, el amor, el dolor, la cración... A mí me maravilla. A lo mejor un día puedo comunicar ese sentido de asombro a los lectores.
Mil gracias por tu comentario.

Martín

Anónimo dijo...

mi comentario es respecto a tu ultima pregunta en la columna. ya parece que a los profesores les vaya a dar el espurio fecal un aumento sustancial a sus salarios. no le conviene fomentar la ciencia, ni la investigacion y mucho menos la crítica o el libre pensamiento. sin embargo si premia a la soldadesca para seguir apoyandose en ellos en un golpe de estado que es en realidad lo que estamos viviendo desde el l de diciembre de 2006 cuando se consumó el calderonazo

Martín Bonfil Olivera dijo...

Por supuesto, estoy totalmente de acuerdo, Nicolás... a veces quisiera que mi columna en Milenio (que reproduzco en este blog) no fuera de ciencia, para poder decir opiniones de política y otros temas.

Anónimo dijo...

Oh, creo q esta entrada ya tienen mucho tiempo jejjee, la econtré porque ando buskando tarea jiji, pero me interesó saber que si hay evidendicas que muestran como las feromonas afectan el comportamiento de manera...incosciente? y las feromonas huelen?

Bye
Desde FAc. de Psicología

Anónimo dijo...

miren,sencillamente para mi casi todo el amor depende de hormonas y ferromonas y todos los elementos quimicos que desprende,y esto lo afirmo por experiencia propia, una persona que se ciente atraido por otra , puede hacer lo que sea , que si no te gusta ni te atrae , nada podra lograr,y sin embargo otra persona no es merecida de amor y sin embargo es correspondido en demasia, asi que todo depende de la quimica