Publicado en Milenio Diario, 1 de octubre de 2008
¡Los chinos lo volvieron a hacer! Pusieron un hombre en órbita en 2003, y luego dos, en 2005, a bordo de las naves Shenzhou (“navío divino”) 5 y 6. Y el pasado sábado 27 lograron su primera caminata espacial.
En realidad, más que caminar, el taikonauta –del chino taikong, espacio– Zhai Zhigang salió de la Shenzhou 7 y flotó a su alrededor, sujeto por cables, por 13 minutos. Ondeó una bandera china, envió un mensaje de orgullo patrio por TV y recuperó un experimento relacionado con lubricantes sólidos que se hallaba en el exterior de la cápsula.
La misión, que duró 86 horas –el domingo la nave, con sus tres tripulantes, aterrizó con paracaídas en Mongolia– fue seguida en TV por millones de chinos. A su regreso el lunes a Pekín, los taikonautas fueron recibidos con un desfile, guirnaldas, ovaciones, entrevistas y honores. Los medios oficiales declararon que se trataba de un “gran avance” -hace medio siglo, Mao Tse-tung se quejaba de que su país no podía lanzar ni una papa al espacio- y una muestra del indudable poderío científico y técnico de China.
¿Exageraciones? La información sobre el vuelo no estuvo libre de manipulación: la agencia Xinhua envío un boletín reportando el exitoso despegue la mañana del jueves 25, incluso dando detalles, ¡horas antes de que despegara!
Pero lo cierto es que China se fijó un rumbo claro y lo ha seguido con éxito. Su programa espacial la pone casi a la par de Rusia y los Estados Unidos, únicos países que han logrado caminatas espaciales, y delante de sus competidores Japón e India.
El programa espacial chino se inició hace más de 30 años. Zhigang utilizó un traje espacial made in China (4 millones de dólares) y la mayor parte de la tecnología de la Shenzhou 7 –que incluía excusado– es nacional. Es indudable: el apoyo decidido a la ciencia y la técnica tiene derramas, económicas y de otro tipo, que han contribuido a convertir a China en una potencia.
¿Podría ocurrir algo similar aquí? Lo dudo: aunque entre 1995 y 96 la UNAM lanzó dos satélites (con malos resultados), y en abril de 2006 el congreso aprobó la creación de la Agencia Espacial Mexicana, no ha habido voluntad política para desarrollar un verdadero programa espacial.
Habría que cambiar el dicho: el que se queda “nomás milando” no es chinito, es mexicanito.
2 comentarios:
Recuerdo cuando enviamos uno de esos satélites, era una especie de maquina de escribir que le pedimos el favor a los gringos depositaran en el espacio. “Oh, una maquina de escribir como las que fabricábamos hace 50 años”, dijeron los gringos. “Sí, una maquina de escribir”, dijo un mexicano dándole un codazo a su colega que estaba abriendo la boca para sacar de su error al gringo.
Fue a los rusos, no a los gringos... pero el primer cohete se cebó, y aunque el segundo sí logró poner en órbita la copia del satélite que los tecnólogos de la unam, previsoramente, habían fabricado en forma paralela, ésta dejó de funcionar a los pocos meses... en fin, la lucha se hizo.
martín
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