miércoles, 24 de diciembre de 2008

Un programa obtuso

por Martín Bonfil Olivera
Publicado en
Milenio Diario, 24 de diciembre de 2008

El Programa Especial de Ciencia y Tecnología 2008-2012 (PECyT), publicado (apenas) en el Diario Oficial el 17 de diciembre es obtuso y corto de miras. Lo es porque concibe a la ciencia no como parte integral de la sociedad, sino como asunto de élites.

Ya se me adelantaron mis colegas Arturo Barba y Horacio Salazar a comentarlo, pero vale la pena recalcar el punto: si se pretende, como afirman los objetivos del programa, “fortalecer la cadena educación-ciencia básica y aplicada-tecnología-innovación”, “fomentar un mayor financiamiento” de estas áreas y “evaluar la aplicación de los recursos públicos que se invertirán”, no puede lograrse en una sociedad que no conoce, entiende, se interesa en ni apoya la ciencia y la tecnología (no sé qué diferencie a esta última de la “innovación”).

Cierto, el PECyT menciona el fomento de la cultura científica (estrategia 1.4) y habla de “percepción, apropiación y reconocimiento social de la ciencia”, de fomentar la divulgación científica y de apoyar proyectos de divulgación y a los museos y organizaciones dedicados a ella. Pero en el esquema central del “Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología”, donde se definen la concepción general del Programa, sus participantes y organización, aparecen la Presidencia de la República (en primer lugar), el Conacyt y las instituciones gubernamentales, y (hasta abajo) los científicos, los empresarios y los estudiantes… pero en ningún lugar los ciudadanos comunes. Un esquema vertical y excluyente, pues.

Ya el foxista PECyT 2001-2006 prometía “hacer mayores esfuerzos para que la difusión del conocimiento científico y tecnológico lleguen a un mayor número de personas”. Incluía explícitamente a la divulgación entre sus objetivos (2.6) y mencionaba un “Fondo Especial para la Divulgación Científica y Tecnológica”, del cual la comunidad de divulgadores no vio ni sus luces. En la práctica, nada cambió: la divulgación científica que se hizo en el país siguió, como siempre, limitada a lo que lograron los esfuerzos de divulgadores individuales, organizaciones gremiales, universidades públicas y medios. El gobierno sigue creyendo que el progreso científico se logra por decreto.

¿Cuándo entenderemos que, antes que nada, necesitamos una población que conozca, aprecie y apoye a la ciencia? ¡Feliz Navidad!

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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues en el país donde se realiza la mayor cantidad de investigación y desarrollos tecnológicos, los USA, la enorme mayoría de la población es analfabeta científicamente y ve a la ciencia con indiferencia u hostilidad. En general, la investigación científica se tiene que realizar a pesar de la opinión popular y lo mismo sucede con las bellas artes. De hecho, uno de los grandes errores de Fox fue cortar apoyos a actividades artísticas porque no eran "lo suficientemente populares".

Jose M Serrano dijo...

El problema de estos decretos es no declarar los mecanismos, decretar buenos propósitos no es suficiente. Ya recientemente los científicos se han dado cuenta que deben ser sus propios divulgadores y divulgar a los demás, El paso importante y necesario próximo se dará cuando entre los científicos y divulgadores nos demos cuenta que tenemos que ser más políticos, porque los que hay no saben de ciencia o de por qué nos es necesaria.

Anónimo dijo...

¡¡¡¡¡¡¡Felices Fiestas para toda la Comunidad !!!!!!!

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Anónimo dijo...

Concuerdo con Manuel Serrano en el punto de que sólo se publican buenas intenciones pero nunca se establecen compromisos de acciones concretas con objetivos bien definidos. Es la forma mas estúpida de administrar cualquier cosa, como se los puede decir cualquier buen administrador: cualquier política en una empresa (y me parece sensato considerar al gobierno como una empresa... aunque muy mal administrada, por cierto) no sirve de nada si no va acompañada de los procedimientos formales para implementarla. De hecho, de eso se trata el sistema ISO-9000, de estrategias administrativas donde quede bien claro y por escrito que y como se va a hacer y, no sólo eso, sino que todo lo que se haga quede registrado a detalle y de forma verificable para evitar chanchullos. Algunos políticos han tratado de introducir estas estrategias en sus administraciones (por ejemplo, de ahí sacó Fox lo de la transparencia), pero se ha quedado todo en intentos tibios y buenas intenciones. Y es que en política, al que no promete nada concreto, no hay nada que reclamarle cuando no cumple (ahí escarmento Fox de prometer cifras exactas de crecimiento al inicio de su sexenio).

En lo que si no coincido es en que los científicos seamos nuestros propios divulgadores. Hacer investigación en serio es un trabajo muy absorbente, de tiempo completo, que a veces no deja espacio ni para vida social. Los únicos científicos que pueden dedicarle tiempo son los ya muy establecidos, con laboratorios grandes y personal bien capacitado que pueden delegar la talacha experimental y administrativa a sus subordinados (y de estos hay bien pocos, aunque son los que se llevan la parte del león de los fondos de Conacyt). Lo que hace falta es gente como Martin, con una formación científica pero que no se dedican a la investigación, sino de tiempo completo a la divulgación.

Finalmente, el problema de la incultura científica en Mexico no se soluciona con una política de Conacyt o de la Presidencia respecto a ciencia y tecnologia, por muy inteligente, incluyente y bien planteada que sea. Para esto tenemos que resolver primero el problema de la pésima educación básica de los mexicanos. Yo lo experimento en carne propia y día con día al ser docente en una facultad de medicina de provincia. A la enorme mayoría de los chamacos no es posible hacerlos interesarse en temas científicos pertinentes a su carrera y que TIENEN que absorber y entender (o reprueban). Esto es porque ya vienen dañados porque desde la primaria se les ha condicionado a ver la ciencia y las matemáticas como algo horriblemente difícil, incomprensible y aburrido. Y ya ven lo que esta pasando ahora que se trata de hacer que los profesores de primarias y secundarias de gobierno hagan mejor su labor: cierran escuelas, toman calles, destruyen instalaciones públicas. Y todo porque se les dice que deben de cumplir con un estándar de calidad mínimo en cuanto a conocimientos y metodologias de enseñanza, que no son dueños de sus puestos hasta el punto de venderlos o heredarlos, y que si no están dispuestos a cumplir con su trabajo, con cosas como asistir a impartir clase, deben irse.

Rodrigo Solís dijo...

En este país de pillarajos y sinvergüenzas poco les importa la ciencia. Feliz navidad atrasadísimas.