miércoles, 5 de diciembre de 2012

Escribir de ciencia

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 5 de diciembre de 2012

Recientemente varios amables lectores de esta veleidosa columna se han manifestado –a través del ya anticuado correo electrónico, del blog o de las redes sociales– en el sentido de que “debería hablar más de ciencia”.

Se refieren a que en recientes semanas me he dedicado, más que a explicar recientes avances reportados en el mundo de la investigación científica, a comentar temas como el fraude en ciencia, los problemas del control de calidad de las publicaciones científicas, la creencia en supercherías y seudociencias, los esfuerzos por “ciudadanizar” la ciencia y otros temas similares.

El comentario de mis lectores me recordó un texto de Ruy Pérez Tamayo, (El muégano divulgador, número 28, mayo/junio 2005, p. 1) donde respondía así a un joven universitario que le hizo un reclamo similar: “Para mi joven amigo, la ciencia se limita a su contenido formal, mientras que para mí incluye no sólo un catálogo de hechos y de teorías sobre distintos aspectos de la naturaleza, sino también las bases filosóficas que lo sustentan, la historia de su desarrollo, las estructuras sociales en las que se da y en las que se expresa, las leyes que la regulan y las políticas que la favorecen o la estorban”.

Y es que, como su título anuncia, esta columna es un espacio dedicado a la ciencia, o más bien a la cultura científica. No hay definición satisfactoria, pero yo la concibo como “la apreciación y comprensión de la actividad científica y del conocimiento que ésta produce, así como la responsabilidad por sus efectos en la naturaleza y la sociedad”.

La concepción clásica de la divulgación científica consiste en explicar los conceptos y descubrimientos de la ciencia. Pero ni la ciencia ni la cultura científica pueden reducirse simplemente al conocimiento científico. La ciencia es también la actividad que permite obtenerlo, y es también el sistema social que permite realizar tal actividad.

Entendida así, la ciencia involucra lo que hacen los científicos dentro y fuera de sus laboratorios y cubículos: sus motivaciones, cosmovisiones, discusiones, intereses, conflictos, problemas, errores y hasta transgresiones. Pero si queremos entender la ciencia de forma más realista y honesta tenemos que incluir también su historia, los problemas filosóficos que suscita, los efectos que las finanzas y la economía tienen sobre ella, y la intrincada red de intereses, obstáculos y soluciones políticas que en gran parte determinan su destino.

Por eso, mientras haya oportunidad, en “La ciencia por gusto” seguiré dedicado a comentar acerca de la ciencia. Pero entendida en el sentido amplio que expresa Pérez Tamayo en su texto, en contraste con el de su joven crítico: “En otras palabras, mientras él concibe a la ciencia como el producto de una actividad humana especializada, yo más bien la veo como una forma de vivir la vida”.

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7 comentarios:

Ribozyme dijo...

Excelente el párrafo de Pérez Tamayo (¿Cómo le haces para localizar algo que leíste hace tiempo? Yo muchas veces no logro recordar ni dónde leí algo que medio recuerdo). Además él me cae muy bien. He tenido el placer de estar en varias de sus conferencias y me encanta su manera de ser, bastante claridoso y en ocasiones refunfuñón, sin empacho para ejercer la crítica incluso en contra de Conacyt y estando presentes funcionarios del mismo.

Y sí, la ciencia no nada más son los conocimientos científicos, sino la manera en que se hace ciencia, sus recovecos y dificultades, sus antagonistas y, muy importante, sus fundamentos filosóficos, el establecer qué sí y qué no es válido en ciencia, qué sí y qué no es ciencia (aunque hasta la fecha se dista mucho de haber logrado un consenso al respecto).

Incluso en la educación sobre ciencias se hace mucho hincapié en ver el cómo y el por qué de los conocimientos científicos, no quedarse sólo en el qué. No se trata de nomás memorizar hechos aislados, como malamente muchos de los que han sido "educados" tienen la costumbre.

Anónimo dijo...

Profesor!
Permítame comentarle que me considero mas parte de las humanidades que las ciencias, pero poco a poco he encontrado el gusto gracias a personas como usted.
Y que mejor que esta entrada, donde usted mismo lo aclara: la ciencia no solo debe verse como eso, formulas y estudios determinados, sino como parte de lo que vivimos dia y dia y por ello no estamos ajenos a ella, me he suscrito para poder seguir aprendiendo poco a poco gracias a sus comentarios.
Excelente día. Mayela Nielsen.

-antonio dijo...

Martín (y lectores del blog) me recomiendas algún libro acerca de Historia de la Ciencia. He visto algunos en librerías pero nunca me he animado a coger uno. Por favor.

saludos

Anónimo dijo...

Efectivamente pienso que tiene usted razón al mencionar que la ciencia se vive toda la vida. Pero también quisiera precisar que el método científico solo es un mecanismo para entender y estudiar la ciencia.

Visitador dijo...

Hay algo bien interesante. Que en la red existen miles de blogs y bitácoras que hablan de ciencia y tecnología, buena parte de ellos no hay casi comentarios ni se andan peleando.
En cambio cuando un ve un sitio que se dice "escéptico científico" uno "Huele" el sudor de farsante, tanto o igual que otros sitios que dicen incoherencias o son meras estafas. Es decir, mejor un lee un blog "tradicional" o directamente las publicaciones, se la pasa uno mejor, aprende uno y se evita discusiones estériles como las de Ribozyme o las de Bonfil en torno a las "pseudociencias".

P.D. Ahora que recuerdo Bonfil recomendad un interesante blog llamado Física, Arroz, y Frijoles de una Científica, quién curiosamente en su perfil tiene otro blog donde habla de Chakras(?)

Implantes Dentales dijo...

que buen espacio, gracias por compartirnos este escrito, saludos.

Eventos Cali dijo...

Excelente trabajo.