Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 24 de abril de 2013
A veces da miedo ser optimista. Pero hay ocasiones en que no se puede evitar. A pesar de las pasadas experiencias que demuestran que muchas veces dicho optimismo resultó infundado.
En esta ocasión, la Academia Mexicana de Ciencias ha difundido un boletín (22 de abril) en el que da una buena noticia: las comisiones de Ciencia y T
ecnología y de Estudios Legislativos de la Cámara de Senadores han elaborado un proyecto de decreto que propone modificar el artículo 2º de la Ley Orgánica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), que define las funciones que le corresponde realizar a este organismo.
En particular, proponen añadir a la fracción XI, que actualmente lo compromete a “Apoyar la generación, difusión y aplicación de conocimientos científicos y tecnológicos”, el siguiente párrafo: “Para ello el CONACyT deberá emprender acciones que fomenten y fortalezcan las actividades de divulgación científica entre los investigadores del país y las organizaciones de la sociedad civil. De igual forma, deberá incentivar la vinculación entre estos actores y las instituciones del sistema educativo nacional a fin de fortalecer la capacitación de los educadores en materia de cultura científica y tecnológica”.
Senador Alejandro Tello |
Y es que la meta fundamental de la divulgación científica, que con esta adición a la ley del CONACyT se convertiría en “una de las tareas sustantivas de ese organismo”, según dijo Tello, es precisamente fomentar la cultura científica de la población.
¿Y en qué consistiría esa cultura científica? No se trata, como se pudiera pensar, de que los ciudadanos sepan de memoria datos científicos como la edad del universo, el tamaño de un átomo o el número atómico del hierro, sino que tengan nociones generales sobre qué es la ciencia, cómo funciona y por qué confiamos en ella, y sean capaces de orientarse, así sea de manera muy general, en el amplio mapa del conocimiento científico actual.
A mí, en particular, me gusta definir la cultura científica como “la apreciación y comprensión de la actividad científica y del conocimiento que ésta produce, así como la responsabilidad por sus efectos en la naturaleza y la sociedad”.
Enhorabuena por el proyecto de los senadores, al que se dio primera lectura en la Cámara el pasado 16 de abril. Esperemos que el cambio a la ley del CONACyT se concrete. Pero, sobre todo, que se aplique.
Sí: en este caso, quiero pecar de optimista.
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4 comentarios:
hola interesante post y yo también soy optimista, al parecer ya se votó y será una realidad esa reforma, habrá que ver como se implementa. saludos
Esto es lo que le hacia falta al país, realmente habia muchas obstaculos para aquellos que le gustaba la ciencia , yo conosco a dos vecinos de mi comunidad que dedicaron sus estudias a la rama de la ciencia. Pero les digo que ellos no radican tanto tiempo con su familia siempre están fuera del país uno esta en república checa y el otro en Europa , por que aquí en el país no hay muchos recursos para la ciencia .
Esto es lo que debería estar haciendo el gobierno en brindar mas apoyo no en estar quitando.
EStá llegando mucho spam al blog. Si sigue así, además de borrar los comentarios de los trolls, tendré que ponerle control de spam. Lamento las molestias.
Estimado Bonfil:
Entonces soy un troll. Dado que no tiene un solo un argumento prefiere el ad-hominem.
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