miércoles, 8 de mayo de 2013

De Duve: el viajero de la célula

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 8 de mayo de 2013

Había una vez un científico que quería conocer cómo era una célula: cómo estaba formada, cómo funcionaba, cómo se vería si pudiera uno estar dentro. Hasta esa época (los años 50 del siglo pasado) el enfoque más lógico era usar un microscopio; la aparición de los microscopios electrónicos abrió nuevas posibilidades a esta manera de entrar en la célula.

Pero una nueva herramienta, la ultracentrífuga (o ultracentrifugadora) abrió una vía totalmente nueva, que es la que el vizconde Christian de Duve, pionero de la citología (hoy biología molecular de la célula) prefirió. Consistía en romper las células y luego centrifugar la mezcla de pedazos resultante: el campo gravitatorio generado por la centrifugación permitió a de Duve separar, por su peso y tamaño, los diversos componentes de la célula y analizarlos por separado.

Descubrió así los lisosomas y peroxisomas, organelos involucrados en la “digestión” y el metabolismo celular: en 1974 recibiría, junto con Albert Claude y George Palade, el premio Nobel de fisiología o medicina. Posteriormente se dedicó al estudio del origen químico de la vida.

Además de un investigador de primera línea, de Duve, nacido en 1917, era un humanista (como todo gran científico). Describió su trabajo en una disfrutable ponencia Nobel que tituló “Explorar la célula con una centrífuga”, y posteriormente escribió varios libros en los que extendió la metáfora. El que más disfruté fue La célula viva (A guided tour of the living cell, Scientific American Books, 1984), donde nos hace sentir como exploradores microscópicos del amazónico interior celular, al tiempo que explica los detalles moleculares y bioquímicos que nos permiten existir.

El 4 de mayo pasado de Duve, que había visto su salud deteriorarse a partir de un cáncer y una caída reciente, decidió ejercer su derecho a la eutanasia, legal en su patria, Bélgica, y a sus 95 años terminó con su vida de manera libre y serena.

Un gran científico que supo vivir, compartir su sabiduría y partir con dignidad. Leerlo, creo, es el mejor homenaje que se le puede hacer.


¡Mira!
Exactamente hace 10 años, el 8 de mayo de 2003, esta columna, “La ciencia por gusto” apareció por primera vez en las páginas de Milenio Diario. Desde entonces, cada semana esta casa editorial me ha otorgado el privilegio de compartir, desde la trinchera de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, un poco de ciencia con sus lectores. Mi más sincero agradecimiento; ojalá sean muchos más.
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9 comentarios:

Martín Bonfil Olivera dijo...

Por cierto, ¡resulta que Christian de Duve nació el mismo día que yo: 2 de octubre!

Ribozyme dijo...

¿Y a ambos los festejaban gritando "Dos de octubre no se olvida"? :-D

Admirable su inteligencia y entereza hasta el final, al escoger la eutanasia.

Francisco dijo...

Este debate de la eutanasia es muy interesante, con todas sus ramificaciones éticas, morales y legales. Aquí en Canadá resurgió recientemente en la opinión pública debido al caso de una señora diagnosticada con cierta enfermedad terminal y que decidió hacer el viaje a Suiza para cometer suicidio asistido. Parece ser que aunque en varias jurisdicciones es legal (Bélgica, Holanda, los estados de Oregon y Montana en Estados Unidos, por ejemplo), solamente en Suiza se puede asistir legalmente a un extranjero a cometer suicidio. Es importante que sea la misma persona quien tome la dosis letal de la sustancia que le ofrecen. Se tienen que seguir todas las minucias del procedimiento legal para proteger a los médicos, enfermeros y testigos de ser acusados de asesinato.
Otra cosa es cuando la persona no puede tomar la decisión por sí misma. Precisamente en estos días estoy contratando un abogado especialista en estos temas para llenar una serie de papeles que le darían a mi esposa el poder incuestionable de decidir "desconectarme" o no, si se llega a presentar el caso. Sin estos papeles hay una serie de litigios y problemas legales que es lo último en lo que quiere pensar una persona metida en este tipo de situaciones.

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Tocayo, felicidades por tus diez años (jeje, te ves mas grandecito, eh?)

La eutanasia es en verdad. Francisco, un tema dificil. Espero que la busqueda legal que estés haciendo, sea "por lo que se pueda ofrecer" y que no sea necesario hacerlo.

Una muerte digna, un gran tema, un importante tema en verdad.

José dijo...

Feliz aniversario!

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