miércoles, 31 de marzo de 2010

Ver con la lengua

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM

Publicado en
Milenio Diario, 31 de marzo de 2010

Cuando su padre, Pere, sufrió un infarto cerebral que lo dejó en una silla de ruedas e incapaz de hablar, Paul Bach-y-Rita decidió dejar su trabajo como doctor de pueblo en Tilzapotla, Morelos, y dedicarse a rehabilitarlo.

Nacido en Nueva York y graduado de la Facultad de Medicina de la UNAM, en México, Bach-y-Rita se había siempre sentido atraído por las teorías, formuladas en el siglo XIX, que sostenían que el cerebro, lejos de ser un órgano fijo, presentaba cierta plasticidad. Podía adaptarse y recuperar funciones luego de sufrir un daño.

En tres años, su padre se recuperó totalmente. Cuando murió de un ataque, años después, paseaba por las montañas. Bach-y-Rita, ya investigador en un instituto científico, decidió cambiar su tema de estudio –los movimientos de los músculos oculares– por el de la “sustitución sensorial”.

Desarrolló sistemas sencillos de retroalimentación para ayudar a personas que habían perdido el sentido del equilibrio, y unos guantes que ayudaban a leprosos que habían perdido el tacto a recuperarlo parcialmente.

Su mayor logro fue desarrollar un sistema que permite a ciegos ver a través del tacto. A fines de los 60 construyó una silla con cámara: las imágenes que captaba eran procesadas electrónicamente y convertidas en una representación de baja resolución (200 pixeles) que se transmitían a la piel del paciente a través de un mosaico de 20 por 20 pequeños actuadores en el respaldo, que golpeaban ligeramente su espalda.

Sorprendentemente, con algo de práctica, los ciegos lograban “ver” imágenes a través de su piel. Un modelo portátil les permitió caminar y sortear obstáculos.

Con los años y la tecnología moderna, Bach-y-Rita pudo construir un sistema mucho más pequeño y cómodo: unos lentes con una minúscula cámara, un procesador del tamaño de un iPod y un transductor en forma de pequeña paleta que se mete en la boca y da pequeños toques eléctricos a la lengua del usuario. El cerebro recibe así por otra vía la información que normalmente llegaría por el nervio óptico, y rápidamente aprende a interpretarla.

Con una resolución de 12 por 12 electrodos (144 pixeles), el Brainport, fabricado en forma todavía no comercial por la compañía Wicab –fundada por Bach-y-Rita en 1998–, permite a ciegos caminar, tomar objetos y hasta dibujar o leer con sólo unas horas de práctica.

Todo esto es posible gracias a la neuroplasticidad: la capacidad del cerebro de formar nuevas conexiones entre neuronas, o fortalecer las ya existentes –e incluso, como se descubrió recientemente, generar nuevas neuronas ocasionalmente. Con terapia adecuada, un paciente con daño cerebral grave puede recuperarse en gran medida. Pero Bach-y-Rita –que murió en 2006– llevó la neuroplasticidad un paso más allá: demostró que, como le gustaba decir, no vemos con los ojos, sino con el cerebro.

(Puedes ver a Martín Bonfil en TV hablando de este tema
en el programa "La otra agenda" del canal FOROtv aquí.)


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3 comentarios:

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Tocayo, es una maravilla lo que nos platicas. Este investigador ha hecho un autentico hito en tecnologia aplicada a la rehabilitacion...

Ahora que te leia, me vino a la mente una imagen. Me explico: siempre me ha maravillado e interesado en gran medida los sentidos que cuentan lso animales, mas alla de los cinco que tenemos los humanos. El sentido de sonar de los delfines, el sentido de radar de los murcielagos, el sentido magnetico para navegacion de las aves, la "vista" infrarroja de la lengua de las serpientes, el sentido electrico de los tiburones... en fin, los multiples sentidos que los humanos no podemos entender porque no los tenemos.

Mi idea es que, si el aparato del investigador logro cambiar la vista basada en el nervio optico, por impulsos tactiles... ¿no podria desarrollar en el ccerebro la capacidad de "ver" con un sonar, con un radar, con una impresion electrica, con una impresion olfativa? ES DECIR, POR QUE LIMITAR ESTA APLICACION SOLO A SENTIDOS YA EXISTENTES EN EL SER HUMANO, Y NO EXPANDIRLO A LOS QUE NOS FALTAN? la plasticidad cerebral y la capacidad de traducir un estimulo en otro, segun lo veo (y me emociona el pensarlo) brinda posibilidades infinitas.

Pareciera ciencia ficcion, pero ¿que mas maravilla que un ciego, con ayuda de un aparato, "vea" con la piel, como si leyera un mundo traducido al "braile"?

¡ESTUPENDO! me gustó mucho el articulo y las posibilidades infinitas que presenta.

Martín Bonfil Olivera dijo...

No es descabellado, de hecho ya está propuesto: simplemente, si la cámara del sistema es infrarroja (o ultravioleta), el usuario "verá" con la lengua lo que la cámara vea. Para detectores de otro tipo, por ejemplo sonar, habría que transformar la salida en una representación bidimensional simple para que la lengua lo pueda captar. El sistema de Bach-y-Rita para recuperar el equilibrio presentaba a la lengua (en su versión moderna, tamibén a la venta) algo similar, puedes verlo aquí.

Saludos!

Unknown dijo...

Les recomiendo el libro The Brain That Changes Itself de Norman Doidge, tambien esta en español, en el primer capítulo habla de los trabajos de Paul Bach y Rita.
Saludos
Raul Suarez de Freitas Palza