Por Martín Bonfil Olivera
Publicado en Milenio Diario, 28 de octubre de 2009
Octubre es cada año la temporada más ajetreada para los divulgadores científicos: se celebra la Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología.
De hecho, la demanda de todo tipo de actividades –conferencias, cursos, talleres, exposiciones, tianguis y ferias de ciencia, conciertos, “noches de estrellas”, concursos…– es tal que muchos estados optan por alargarla y convertirla en el Mes de la Ciencia y la Tecnología –¡y algunos, en varios meses!– para que la competencia no sea tan intensa.
El evento, impulsado y organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, cumple 16 años de poner la cultura científica al alcance de literalmente millones de niños, jóvenes y adultos en todo el país.
Este año la sede nacional correspondió a Tabasco, donde he podido asistir a varios eventos organizados con la colaboración del gobierno estatal, el Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Tabasco (CCYTET) y numerosas organizaciones y personas entusiastas y comprometidas con la divulgación científica.
¿Vale la pena, con la crisis económica y las carencias de nuestro país, dedicar presupuesto y trabajo a un evento como éste? Cuatro buenas razones para hacerlo:
–Porque el nivel de vida de un país depende, en mucho, del tamaño de su aparato científico-tecnológico-industrial. Una comunidad científica activa y de tamaño suficiente detona la producción de conocimiento original, que deriva en tecnología y patentes que pueden convertir a una nación en una potencia moderna. Piense en los celulares coreanos, los autos indios, las computadoras chinos que importamos, o la tecnología brasileña de extracción de petróleo que estamos lejos de igualar. Y el primer paso es despertar vocaciones científicas en niños y jóvenes (y claro, luego darles plazas para trabajar en instituciones de investigación, pero esa es otra historia…).
–Porque el pensamiento científico es una herramienta poderosa para combatir creencias dañinas, como las teorías de complot que niegan la gravedad de la pandemia de influenza y la utilidad de las vacunas que previenen la infección.
–Porque si los ciudadanos no entienden la ciencia en que se basan asuntos como clonación, eutanasia, cultivos transgénicos o investigación con células madre, no podrán participar en las decisiones que como sociedad tomemos al respecto.
–Porque la ciencia y la tecnología, manifestaciones de la creatividad humana, son fuentes inagotables de asombro y excelentes formas de pasar un buen rato. Todo ciudadano tiene derecho a disfrutarlas.
Por eso y más, felicidades y larga vida a la Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología. ¡Ojalá durara todo el año!
3 comentarios:
Ciertamente debe de tener mucho más presupuesto todo lo que tenga que ver con divulgar la ciencia.
Si de acuerdo con Calderón, Luz y Fuerza del Centro tenía más del doble de presupuesto que la UNAM, entonces ahora que no existe que le regresen un poco a la universidad, digo, yo nomás digo.
Saludos Martín
Hola Martín.
La semana ó mes de la ciencia, es muy cierto como finalizas tu columna "debería de ser todo un año", ya que el trabajo cientifico, al menos creo yo, no se puede resumir en sólo unos cuantos dias.
Al respecto con lo dicho por "El Algus" de la UNAM-Calderón-Luz y Fuerza... yo no se si creerlo, puede ser una bomba más por parte de los medios de comunicacion y nuestro honorable gobierno (sarcasmo)que como siempre estan confabulados. Aunque se que lo que acabo de decir, Martín, va en contra de una de tus proposiciones de que literalmente por falta de cultura cientifica, muchos se orillan a la teoria del complot, sin embargo con educacion o sin ella es inaudito dejar de pensar en esas teorías, ¿no crees?.
En fin, cuidate.
Los llamaré desde ahora los cuatro puntos cardinales de Bonfil.
Felicidades por tu síntesis.
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