miércoles, 17 de febrero de 2010

¿Engaño al Ejército?

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM

Publicado en
Milenio Diario, 17 de febrero de 2010
En todos lados hay charlatanes. Algunos, esotéricos, venden (todos los charlatanes venden algo) ángeles u horóscopos. Pero otros se presentan como científicos y distorsionan la ciencia mezclándola con ideas como telepatía, vibraciones, "fenómeno ovni”, armas que causan terremotos o cualquier otra locura. Claro, siempre a cambio de dinero.
Pero en todos lados hay, también, comunicadores dedicados a combatir la desinformación y el analfabetismo científico. Se denominan “escépticos”, y son la peor pesadilla de los charlatanes seudocientíficos.
Pues bien: un amigo a quien no conozco en persona, pero con quien comparto ideas e información por internet, el biólogo, escritor de ciencia ficción y prolífico bloguero escéptico Andrés Tonini (http://lonjho.blogspot.com), ha estado circulando interesante información sobre un fraude tecnológico cometido contra la Secretaría de la Defensa Nacional... y respecto al cual prácticamente ningún medio ha comentado nada.
Consiste en un aparatejo llamado GT200, anunciado como un “detector molecular” capaz de localizar a distancia todo tipo de sustancias: explosivos, drogas, marfil… ¡y hasta trufas! Consta de una “pistola” con una antena móvil y una caja donde se insertan tarjetas “programadas” para cada sustancia. No requiere pilas ni corriente, pues supuestamente usa la electricidad estática generada por la respiración del usuario. La antena gira (ver video), como por arte de magia, para apuntar a la sustancia buscada. Sus fabricantes, la firma inglesa Global Technical LTD, afirman que, aunque puede sustituir a los perros entrenados, no funciona como el olfato, sino gracias a “detección electroquímica” o “paramagnética” (lo cual, por supuesto, no tiene sentido alguno).

En realidad se trata de un fraude bien conocido. El GT200 y otros aparatos similares (Quadro QRS 250G, ADE 651, DKL LifeGuard) han recibido demandas y prohibiciones en Estados Unidos y otros países avanzados, luego de comprobarse que no son más que una versión moderna del antiguo e inútil método de localizar agua con una varita de zahorí (radiestesia o dowsing, en inglés). No antes, por desgracia, de que varias agencias investigadores cayeran en el garlito y gastaran cantidades importantes en adquirirlos para buscar, por ejemplo, drogas en escuelas o explosivos en operaciones militares.
Pero se siguen vendiendo a ejércitos y agencias de gobierno… de países como Nigeria, China, Líbano, Arabia Saudita... Y México. En efecto: en 2008 la Sedena adquirió 300 detectores GT200 (en unos 350 mil pesos cada uno: un total de al menos 105 millones). Y los ha usado, dice, con buenos resultados (según reportan varios medios). El problema es que se sabe que dichos detectores no funcionan ni pueden funcionar.
Por si fueran pocos los problemas que causa el narcotráfico en México, quienes lo combaten caen presa de charlatanes y del autoengaño. Si la guerra contra el narco se va a basar en varitas mágicas, el problema va para largo.
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6 comentarios:

Jorge Armando dijo...

Hola Martín:

Andrés es amigo mío. Ya le comparto tu texto (puntual y correcto).

En el boletín escéptico Razonando ya publicamos un texto sobre el mencionado aparatejo:

www.razonando.com

Saludos

Jorge Armando

Jorge Armando dijo...

Ah perdón, especifico, en el número dos del boletín mencionado viene el texto sobre el GT200.

Saludos

Anónimo dijo...

Hola Martín, que bueno que hayas escrito sobre el trabajo que ha realizado Tonini, ya que le ha dado seguimiento a este asunto.

Saludos.
Martín Fragoso.

Ribozyme dijo...

Bueno ¿Qué se podía esperar si los mandos del ejército, inclusive los más altos, son unas bestias peludas? Esto es bastante evidenciado por la rutinaria baja deshonrosa de las fuerzas armadas de elementos enfermos de SIDA. Curiosamente, este tipo de bajas no se ven para los elementos que tratan con violencia arbitraria a los civiles. En mi estado natal, Chihuahua, se ha dado el caso de cuando menos un reportero que se tuvo que expatriar por amenazas y actos de violencia promovidos por el comandante de la zona militar porque el reportero "se atrevió" a denunciar comportamientos indebidos de militares a través de sus reportajes. Y estamos hablando de un general. Se supone que los oficiales reciben una educación equivalente o incluso superior a la universitaria, pero parece que sólo se supone. ¿Y qué se puede esperar
de una institución cuya estructura se fundamenta en la humillación, sobajamiento y maltrato físico de sus miembros? Son como la mafia italiana, que pretende ser una comunidad cerrada en la que no intervenga nadie de fuera (la sociedad civil, que paga sus salarios e insumos) y tener sus propios tribunales, leyes y formas de castigo. Hace apenas pocos meses se me ocurrió tomar con mi celular una foto de un Humvee que había hecho alto en un semáforo y que me pareció bonito. Se bajó un sargento exigiéndome que le entregara el celular y poco le faltó para golpearme de no ser porque le dije que soy profesor universitario y que se les armaría un escándalo marca diablo y la Universidad me apoyaría, y que no tenía yo por qué obedecer sus actitudes arbitrarias y autoritarias. Hasta el mismo Presidente de la República le teme a las fuerzas armadas y normalmente evita intervenir (el mismo Fox primero decretó que ya no se necesitaría la cartilla militar liberada para tramitar el pasaporte y luego tuvo que dar marcha atrás... como si el requerimiento del servicio militar no fuera radicalmente sexista y completamente arcaico). Con mentalidades así ¿Podemos esperar la promoción del pensamiento crítico entre ellos? Y claro que dicen que los aparatos les funcionan ¿Cuándo hemos visto que las fuerzas armadas declaren que han hecho algo mal, al menos por motu proprio?

Por eso me preocupa la mentada guerra contra el narco, que ni logra nada y sí ha convertido a los militares en protagonistas importantes de la vida pública. Ya se ha visto muchas veces lo que sucede cuando un país se convierte en un estado policial en el que los militares llevan la voz cantante (pensemos en Pinochet y en la Junta Militar argentina).

Andrés Tonini dijo...

Hola Martín.

Muchas gracias por publicar esta nota sobre el fraude del GT200. Confío en que viniendo de ti, los medios de comunicación presten más (qué digo más, alguna) atención a este tema.

Sólo una aclaración, no sólo la Sedena ha sido víctima de este fraude. La cosa es mucho peor pues también han comprado estos aparatejos la Semar, la PGR, varias policías estatales y organismos como Pémex Exploración y Producción, entre otros. El gobierno mexicano (federal y estatal) ha tirado a la calle más de 200 millones de pesos comprando estas varitas de zahorí. Y probablemente sea mucho más pues es posible que también hayan comprado el Alpha 6 y el ADE651 (éste último fue adquirido por elgobierno de Colima).

Otra cosa, para que tus lectores no tengan que navegar por todo mi blog, se puede acceder a todas las entradas relacionadas con este tema desde este especial.

Sin más, un abrazo.

Andrés Tonini

Adrián Robles dijo...

Sí, y bien gacho (respuesta a la pregunta-título).