miércoles, 19 de mayo de 2010

Brian Eno: ¿fraude o arte computacional?

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en
Milenio Diario, 19 de mayo de 2010


El pasado sábado fui al museo Anahuacalli a conocer la instalación 77 millones de pinturas, del inglés Brian Eno.

Encontré algo fascinante: una especie de altar mágico, un caleidoscopio electrónico donde una computadora proyecta, en un arreglo de pantallas, las permutaciones de más de 360 pinturas realizadas (en diapositivas y principalmente a mano) por Brain One (como también le llamamos sus fans). Observarlo es una experiencia absorbente, como mirar las llamas de una fogata o las olas del mar. Las imágenes van cambiando insensiblemente, combinándose y renovándose, acompañadas de la música creada por Eno, para producir un ambiente y una experiencia de paz que permite observar la obra y disfrutarla, o simplemente dejarla pasar. “Es como música visual”, dice el propio autor.

Eno (cuyo nombre completo es Brian Peter George St. John le Baptiste de la Salle Eno) es uno de los músicos más influyentes de las últimas décadas. Compositor, intérprete, productor (de varios de los mejores álbumes de grupos y artistas como U2, Talking Heads, David Bowie, James, Devo, Harold Budd, Laurie Anderson, Coldplay), investigador y maestro. He sido fan de su música –no sólo de la ambiental o “ambient”, que él inventó– y de su inteligencia durante años. Tenía curiosidad de conocer su también ya amplia obra gráfica y su exploración de los medios computacionales.

Por eso me sorprendió leer, el domingo en Milenio, la reseña que mi amigo y colega columnista Braulio Peralta publicó sobre la misma instalación. Es bien sabido que la experiencia estética es algo enormemente personal, subjetivo, pero por varias de las frases de Braulio (“lo que se exhibe no es pintura”; “nada que ver con el arte”; “superchería visual” “irresponsabilidad de quienes se atreven a trasgredir el arte sin fondo ni forma”) pensaría que vimos cosas distintas.

Y probablemente eso sucedió. Braulio, hombre culto con estudios de arte, parece adoptar una postura “tradicional”, en la que el arte tiene un valor intrínseco, esencial. De ahí que considere que algo hecho por una computadora no puede tener valor artístico. La perspectiva de Eno es distinta: para él, como expresa en una entrevista publicada en la revista Wired (¡en mayo de 1995!) Eno explica: “En la visión tradicional, clásica, los objetos de arte son contenedores de algún tipo de valor estético. Este valor fue puesto en ellos por el artista, que a su vez lo recibió de Dios o de la Musa o del inconsciente universal. Lo que está mal con esta postura es que los objetos culturales no tienen identidad notoria, fuera de la que nosotros les conferimos. Su valor es totalmente el producto de la interacción que tenemos con ellos.”

El filósofo Daniel Dennett –de quien, usted lo habrá notado, también soy fan– expresa, en un ensayo sobre una teoría darwiniana de la inteligencia creativa, que los procesos por los que una computadora crea arte no son esencialmente distintos de los que ocurren en el cerebro humano. No hay, dice, “inspiración divina”, sino procesos algorítmicos –enormemente complejos, eso sí– entre neuronas que no “piensan”, pero cuyo funcionamiento conjunto produce ese fenómeno emergente que es nuestra conciencia... y nuestra creatividad y sensibilidad artísticas.

La obra de Eno es un ejemplo de lo que se conoce como “arte generativo”: el artista pone la materia prima y la computadora produce combinaciones inesperadas, impredecibles, siempre nuevas, que llevan la “firma” del artista, pero no son directamente producidas por él. Eno ha sido uno de los principales exploradores, durante décadas, de esta vertiente que combina, en sus palabras, “arte, ciencia y juego” (por eso resulta especialmente desconcertante leer que Braulio describe su obra como “un trabajo que, desde los 70, no ha evolucionado”). Si ya desde Duchamp y su mingitorio firmado quedó claro que arte es aquello que queremos ver como tal, ¿por qué una computadora no puede crear objetos que nos permitan, como dice Eno, “disfrutar esa sensación de rendirnos y dejarnos ir, y dar constancia de que nada es permanente ni está siempre quieto”? A mí, me encantó.

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21 comentarios:

El Agus dijo...

Finalmente me parece que Brian Eno dotó de herramientas a la computadora para que creara las imagenes que viste. Asi que lo que proyectaba de algún modo fue llevado a cabo por Brian Eno (o Brain One) y por tanto es el autor.

Yo también difiero con Braulio Peralta. El arte puede gustarnos o no pero lo peor que puede hacer es no evolucionar. Asi que a aprovechar las nuevas tecnologías que, para nuestra fortuna y para los artistas, avanza a pasos agigantados.

Un abrazo Martin.

Ribozyme dijo...

Quizás Peralta parte de la concepción de arte de que éste se da cuando el artista refleja una realidad, externa o personal, en su obra, y a esa realidad le agrega algo más. Donde esto es muy evidente es en el arte de la fotografía, el cual en un principio fue muy criticado e incluso descartado como arte porque precisamente (y supuestamente) reflejaba una realidad descarnada, sin ese algo más que el artista aporta. Cualquiera que haya comparado las fotografías que toma en sus vacaciones con lo que llega uno a ver en galerías o incluso en revistas se dará cuenta que tomar fotgrafías verdaderamente artísticas no es enchílame otra, porque en realidad el fotógrafo sí agrega mucho de su cosecha, desde qué obejetos salen en su fotografía y qué objetos no, el tipo de luz, el tipo de película, las características de la exposición, manipulación digital, etc. Del mismo modo, como el buen Agus (al cual para ahorita ya debería yo estar odiando, pues siempre me gana el primer comentario ¡Ja, ja!) ya lo menciona, Eno aporta ese algo en el diseño del software, en el criterio que utiliza para que el software "escoja" y "decida" qué dibujar. La función del software no está completamente desligada (yo diría que ni siquiera un poco) del pensamiento creador del artista, en este caso su programador. Es cierto, sufrimos aquí de una visión cerrada por parte de los críticos, en este caso en particular, Peralta, que al parecer son aquejados por el mismo error del común de la gente, que ven a las computadoras como cosas "frías" que de algún modo misterioso "hacen" cosas, al parecer independientemente de los seres humanos y al margen de los deseos y valores de éstos. Nada más distante de la realidad, ya que hasta la fecha las computadoras funcionan a partir de instrucciones claramente establecidas por programadores humanos y en la gran mayoría de los caso también requieren de "input" en tiempo real, es decir, de interacción con y decisiones e instrucciones de parte de sus usuarios humanos para llevar a cabo sus funciones hasta el final. Sí, Eno no está ahí en la exhibición interactuando en tiempo real con la computadora, pero ya previamente estableció todas las instrucciones necesarias (o casi, si lo tiene corriendo en ambiente Windows seguramente se le "crasheará" de vez en cuando) para que el programa funcione por sí solo. Criticar esto sería como criticar que alguien exhiba un video en un museo (éstos son bastante comunes, cuando menos en el Museo Tamayo) en lugar d tener actores vivos u objetos animados para presentar la acción, una vez que se decidió cómo ésta debe llevarse a cabo. Y sí, el caso de la "fuente" de Duchamp es un muy buen ejemplo de cómo se rompen las ideas previamente aceptadas en arte. Otro ejemplo, también muy criticado en su momento por algunos, es el de Jackson Pollock. Y existen muchos más...

A mí también me gusta mucho la música de Brian Eno. Hace poco pude hacerme de su álbum "Music for Airports", considerada la obra fundacional del movimiento "Ambient" o "Ambience" (sus seguidores no acaban de ponerse de acuerdo sobre la terminología). Para que tus lectores tengan una idea de lo que es la obra de Eno, aquí está un link para una de sus piezas que es mi favorita, hecha en colaboración con el guitarrista Robert Fripp:

http://www.youtube.com/watch?v=UK42mUQQ8z8

Tengo desde principios de Enero que no voy al DF, o sea que ya le exageré. Con esta exhibición que mencionas ya tengo un muy buen pretexto para ir, con suerte este mismo fin de semana.

Martín Bonfil Olivera dijo...

Agus: Ok, Eno puso las condiciones para que la computadora produjera las nuevas combinaciones, pero él no decide ni predice ni sabe qué irá a salir en cada momento... así que es el autor, en cierto sentido, y no lo es, en otro.

En realidad lo que él quería era crear una "Eno Box", una máquina que creara obras de Brian Eno sin que él tuviera que intervenir... la instalación es sólo una aproximacion a este ideal...

martín

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

EStimado Tocayo,me di un espacio y aqui estoy aunque sea brevemente... sorry por la ausencia, aunque SÍ QUE LOS HE LEÍDO.

Yo creo que para hablar de arte, debemos pensar que el artista ES UN SER AUTOCONCIENTE. En el caso que nos platicas, no lo es. NO DUDO NI TANTITO que un dia hbrá procesadores que llegaran a la autoconciencia y para mi, en ese momento (ya te lo plantee hace varias semanas) habra quehablar de personas no humanas y no organicas... asi como ahora solo hay personas humanas y "sospecho" que hay personas organicas pero no humanas.

Pero en este momento, no hay procesadores autoconcientes, y mi conclusion es que lo que hagan, aun siendo maravilloso, NO ES SU ARTE, en todo caso del programador humano. Pero si como dices, lo que sale es completamente aleatorio, ni hablar, tengo que coincidir con Braulio Peralta.

Y ahi le dejo que soy de carrera larga y ya me estoy enganchando con el tema. Saludos y aunque no escriba, los leo

Enrique Espinosa Arciniega dijo...

Justamente el mingitorio del que hablas es un "objet trouvé." Vista la obra de Eno desdela perspectiva de los surrealistas, dado que no fueron generados con intención, pero generan una emoción estética, podemos llamarlos ARTE del tipo de los objets trouvés de los surrealistas.

Los fascinantes fractales y las hojas de los helechos son objets trouvés. Nuestra función es encontrarlos y seleccionarlos.

Ribozyme dijo...

Yo insisto en que el programa sigue los criterios estéticos de su programador, Eno, el cual incluso lo diseñó para que "produjera arte estilo Eno". Como tal, como fenómeno determinista dependiente de las condiciones iniciales dictadas por el programador (en computación normalmente no se pueden generar números ni secuencias verdaderamente aleatorios, sólo simularlos, ya que el sistema es determinista; cuando se quiere un verdadero generador de números al azar, se requiere instalar un dispositivo especial que utilice fenómenos cuánticos, verdaderamente aleatorios, tales como la desintegración de un radioisótopo), el programa no puede considerarse como más allá que una herramienta del artista, tan herramienta como el martillo y el cincel de Miguel Ángel Buonarotti, o los pinceles y la paleta de Caravaggio (el otro gran Miguel Ángel; o si quieren ejemplos más modernos, Monet, Turner, Renoir, Klee, Kandinsky, Mondrian, Rothko,Tapies, etc.). Véaselo como se lo vea, el criterio artístico aplicado a la obra de Eno manifestada mediante equipos computacionales sigue siendo el de Eno. Si verdaderamente fueran al azar las imágenes, se verían como el ruido o "nieve" de la TV a colores que aparece cuando no hay señal.

No me atrevo a suponer que la crítica de Peralta se base en la "simplicidad" de la técnica (en realidad cualquier programador le puede explicar a uno lo poco sencillo que resulta desarrollar un buen programa), ya que no leo su mente, pero me parece a que va dirigida hacia allá por la errónea conclusión de que como la computadora "hace todo sola" (sin tomar en cuenta todo el trabajo previo), debe de ser muy simple. Críticas de simplicidad se pueden dirigir hacia muchas otras obras plásticas, desde los que usan pintura salpicada o goteada sobre el lienzo (entre los que podemos citar a Jackson Pollock, al que ya mencioné), recortes de impresos o fotografías, formas muy simplificadas (Mondrian, Rothko, el mismísimo Kandinsky), etc. Lo que se olvidan los que critican a una técnica aparentemente sencilla es del otro requisito que debe tener el arte: la emoción que provoca en el espectador. Si nos fuéramos por técnicas difíciles, Seurat sería el rey de los pintores, y se podría decir en defensa de Pollock que sus obras son muy laboriosas, a pesar de lo sencillo de su técnica. Incluso el que de alguna manera se pueda establecer un modelo matemático o computacional de una obra, como la de Eno en este caso, no me parece que por ello ésta demerite en lo más mínimo. Un buen ejemplo de cómo las matemáticas han llegado a describir una obra que sigue siendo muy reconocida es el análisis de fractalidad que se hace de la obra de Jackson Pollock (quien, por si aún no resulta obvio, es uno de mis pintores favoritos) en este artículo del 2002 en Scientific American.

Irving dijo...

Considero sus cuestionamientos como no fundamentales. No se trata de dar las condiciones necesarias y suficientes para que una obra sea arte. El arte, lo que llamamos arte, no se comporta del mismo modo en que se comporta un martillo. En ese sentido el problema por otorgarle un autor a la obra es más bien secundario.
Un problema tangencial es el del sentido de la obra... Este no puede recaer en el autor...
El problema fundamental es el de cómo se comporta aquello que llamamos arte.
IH
Estudiante de licenciatura en Filosofía

Ribozyme dijo...

Ilumínanos, Irving. Supongo que tienes más que decir al respecto...

Martín Bonfil Olivera dijo...

Ribo: Pues si vienes a México, avísame, a lo mejor nos podemos tomar un café (aunque no este fin de semana, estaré en León).

Luis Tocayo: Bienvenido de vuelta. Oye, respecto a tu comentario: ¿por qué tendría que ser consciente (el auto creo que sale sobrando) un creador? Precisamente la selección natural no es consciente, y crea diseño (una de las ideas importantes de Dennett es el proceso darwiniano es fuente de creatividad, sin necesidad de un creador consciente).

Saludos
Martín

Martín Bonfil Olivera dijo...

Enrique: Pero la instalación de Eno sería un object trouvé muy particular, pues es construido (no "hallado"). Claro, nosotros podríamos considerar que "hallamos" cada una de las configuraciones que nos ofrece (de pronto, los colores, formas y sonidos te hacen sentir feliz... luego el momento pasa).

Ribo: Si le echan un ojo al ensayo de Dennett, verán que propone el dilema de que si el Dr. Frankenstein crea un monstruo llamado Shakespeare, y luego éste escribe la obra llamada Spamlet, ¿quíen es el creador? Dejo hablar al propio Dennett:

In order to get a grip on this question, we have to look inside and see what happens in Spakesheare. At one extreme, we find inside a file (if Spakesheare is a robot with a computer memory) or a basically memorized version of Spamlet, all loaded and ready to run. In such an extreme case, Dr. Frankenstein is surely the author of Spamlet (unless we find there is a Ms. Shelley who is the author of Dr. Frankenstein!), using his intermediate creation, Spakesheare, as a mere storage-and-delivery device, a particularly fancy word processor. All the R and D work was done earlier, and copied to Spakesheare by one means or another. Now look at the other extreme, in which Dr. Frankenstein leaves most of the work to Spakesheare. The most realistic scenario would surely be that Spakesheare has been equipped by Dr. Frankenstein with a virtual past, a lifetime stock of pseudo-memories of experiences on which to draw while responding to its Frankenstein-installed obsessive desire to write a play. Among those pseudo-memories, we may suppose, are many evenings at the theater, or reading books, but also some unrequited loves, some shocking close calls, some shameful betrayals and the like. Now what happens? Perhaps some scrap of a 'human interest' story on the network news will be the catalyst that spurs Spakesheare into a frenzy of generate-and-test, ransacking its memory for useful tidbits and themes, transforming—transposing, morphing—what it finds, jiggling the pieces into temporary, hopeful structures that compete for completion, most of them dismantled by the corrosive processes of criticism that nevertheless expose useful bits now and then, and so forth, and all of this multi-leveled search would be somewhat guided by multi-level, internally generated evaluations, including evaluation of the evaluation . . . .of the evaluation functions as a response to evaluation of . . . the products of the ongoing searches.

Now if the amazing Dr. Frankenstein had actually anticipated all this activity down to its finest grain at the most turbulent and chaotic level, and had hand-designed Spakesheare's virtual past, and all its search machinery, to yield just this product, Spamlet, then Dr. Frankenstein would be, once again, the author of Spamlet, but also, in a word, God. Such Vast (not literally infinite, but Very much more than Astronomical—Dennett 1995, p109) foreknowledge would be simply miraculous. Restoring a smidgen of realism to our fantasy, we can consider a rather less extreme position and assume that Dr. Frankenstein was unable to foresee all this in detail, but rather delegated to Spakesheare most of the hard work of completing the trajectory in Design Space to one literary work or another, something to be determined by later R and D occurring within Spakesheare itself.


Apliquemos esto a 77 millones... y veremos que la respuesta es algo intermedio. Eno no es el autor de TODO; el programa aporta algo de R&D que Eno no pudo prever y que lo puede sorprender. Aunque no demasiado.

Martín

Martín Bonfil Olivera dijo...

Oigan, ¡gracias por estas discusiones, que siempre me hacen entender y aprender y pensar mucho más de lo que lo había hecho al escribir los artículos!

Martín

Martín Bonfil Olivera dijo...

Chale, puse un super largo comentario y como que se borró. A ver si puedo reconstruirlo:

Ribo: Precisamente en su ensayo, Dennett propone el dilema del Dr. Frankenstein que construye al monstruo Spakesheare, que a su vez escribe la obra Spamlet, ¿quién es el autor?

Cedo la palabra al propio Dennett:

In order to get a grip on this question, we have to look inside and see what happens in Spakesheare. At one extreme, we find inside a file (if Spakesheare is a robot with a computer memory) or a basically memorized version of Spamlet, all loaded and ready to run. In such an extreme case, Dr. Frankenstein is surely the author of Spamlet (unless we find there is a Ms. Shelley who is the author of Dr. Frankenstein!), using his intermediate creation, Spakesheare, as a mere storage-and-delivery device, a particularly fancy word processor. All the R and D work was done earlier, and copied to Spakesheare by one means or another. Now look at the other extreme, in which Dr. Frankenstein leaves most of the work to Spakesheare. The most realistic scenario would surely be that Spakesheare has been equipped by Dr. Frankenstein with a virtual past, a lifetime stock of pseudo-memories of experiences on which to draw while responding to its Frankenstein-installed obsessive desire to write a play. Among those pseudo-memories, we may suppose, are many evenings at the theater, or reading books, but also some unrequited loves, some shocking close calls, some shameful betrayals and the like. Now what happens? Perhaps some scrap of a 'human interest' story on the network news will be the catalyst that spurs Spakesheare into a frenzy of generate-and-test, ransacking its memory for useful tidbits and themes, transforming—transposing, morphing—what it finds, jiggling the pieces into temporary, hopeful structures that compete for completion, most of them dismantled by the corrosive processes of criticism that nevertheless expose useful bits now and then, and so forth, and all of this multi-leveled search would be somewhat guided by multi-level, internally generated evaluations, including evaluation of the evaluation . . . .of the evaluation functions as a response to evaluation of . . . the products of the ongoing searches.

Now if the amazing Dr. Frankenstein had actually anticipated all this activity down to its finest grain at the most turbulent and chaotic level, and had hand-designed Spakesheare's virtual past, and all its search machinery, to yield just this product, Spamlet, then Dr. Frankenstein would be, once again, the author of Spamlet, but also, in a word, God. Such Vast (not literally infinite, but Very much more than Astronomical—Dennett 1995, p109) foreknowledge would be simply miraculous. Restoring a smidgen of realism to our fantasy, we can consider a rather less extreme position and assume that Dr. Frankenstein was unable to foresee all this in detail, but rather delegated to Spakesheare most of the hard work of completing the trajectory in Design Space to one literary work or another, something to be determined by later R and D occurring within Spakesheare itself.


Apliquemos lo mismo a 77 millones... y veremos que la respuesta es algo intermedio. Eno no creó TODO, la computadora añadió algo de R&D que no estaba ahí y que no puede predecir y que puede sorprenderlo...

martín

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Tocayo, gracias por la bienvenida.
Cuando digo "autoconciente" lo que quise decir (jaja, insisto, donde encuentro un vocero como el de Fox?) es una persona conciente de si misma, es decir, que perciba, se perciba a sim misma como existente... no se si me explico. Los animales, en diferentes grados, tienen percepcion, pero creo que cuando un ser no solo percibe su entorno, sino que TOMA CONCIENCIA DE SI MISMO, en ese momento hablamos ya de un ser inteligente, una persona, pues. Como te decia hace ya muchos post atras, cuando hablabamos de la inteligencia artificial: "vayamosle pensando en lso derechos de las personas ciberneticas, porque de que las habra, las habrá". Y tambien me parece que por eso la frase PERSONA HUMANA se meneja asi, y no solo persona; previendo que estas personas que somos nosotros, somos personas humanas, pero puede ser que existan sin saberlo OTRAS personas, y para distinguirlas estas sean no humanas.

AHORA BIEN, para mi el elemento PUNTAL E INDISPENSABLE del arte es LA COMUNICACION. El mensaje. si algo es precioso, monumental, pero no es una creacion, no es resultado de un ser conciente actuando, pues no es arte. Arte es una obra, de un ser conciente, enviando un mensaje. Que nos guste o no, que entendamos el masaje, lo compartamos y difiramos, ESO ES OTRA CUESTION. Pero para ese artista, esa su obra, ES ARTE.

Pero, si como tu dices, de tal manera es aleatoria la creacion de aquello, que ni podemos hablar de mensaje (como podriamos si es obra del azar) ni podriamos hablar de artista (el ordenador aun no es conciente) y el programador tampoco puede ser el artista pues como lo declara, no interviene en el resultado creado... ¿COMO SE SOSTIENE QUE AQUELLO ES ARTE? no lo es.

Por ultimo, tienes razon: un creador no tiene que ser conciente, la seleccion natural crea y ni siquiera es un ente conciente... pero no es un artista. Un Artista es un ser Conciente que en el objeto artistico creado, dirige un Mensaje.

Gusto en saludarlos, menos frecuente que antes, pero aqui estaré paricipando y leyendo. Un abrazo.

Irving dijo...

Creo que, considerándolo en términos más bien amplios, diremos que la obra no puede quedar reducida al autor. Si la pregunta es por el sentido de la obra y contestamos sobre esas premisas, parece que no agotamos ni consideramos siquiera las posibilidades interpretativas de la obra. Eso es limitar la obra. Considerarla creada por una psiche es determinarla.

Sobre esto, hay que considerar la posibilidad de desplazar el problema del sentido del autor al receptor. El problema es el mismo: el receptor tiene una experiencia de vida determinada que lo hace interpretar de alguna manera.

Si la pregunta que buscamos responder es por el sentido de la obra de arte, hay opciones a considerar, mismas que no tienen que ver con una especie de "psicologismo" que limite la obra a la experiencia del autor o del receptor... La problemática es bien amplia... sobre la cuestión del autor es conveniente tener en cuenta este texto de Roland Barthes http://evans-experientialism.freewebspace.com/barthes06.htm

saludos

Ribozyme dijo...

¡Órale! Eso que dices, Irving, está muy interesante. Nomás toma en cuenta la dificultad que para los legos en filosofía representa el razonamiento filosófico riguroso. Yo por lo menos tendré que rumiar un rato lo que dices.

Antonio dijo...

El punto de Luis Martín Baltazar es muy interesante. Para evitar explicaciones voy a suponer que acepto que para considerar que algo es arte su autor tiene que ser un ente conciente.

Aun así nos quedan dos problemas:

1) Puede haber entes concientes que produzcan cosas que no puedan ser arte (o que puedan serlo sólo bajo la condición que extendamos demasiado los límites de lo artístico). Digamos, para no complicar las cosas, las fotografías tomadas durante las vacaciones de Ribozyme.

2) Si te encuentras con algo que parece arte pero que es generado por un ente no humano ¿Cómo vas a hacerle para determinar que ese ente es conciente o no? ¿Qué criterio vas a usar para decidir que lo que ese ente produce no es arte si la naturaleza misma de la producción no es el criterio en el que te vas a basar?

Un Abrazo.

Martín Bonfil Olivera dijo...

Luis Tocayo: Me parece que sigues insistiendo en que un creador tiene que ser consciente (pero al mismo tiempo concedes que no) o que al menos tiene que ser "alguien" que emita un mensaje. No me suena convincente, porque no todo arte implica un "mensaje" (mucha música no contiene tal cosa, aunque quizá sí busca provocar emociones).

Por otra parte, ayer platiqué con una buena amiga y crítica de arte, y ella hacía mucho énfasis en la intencionalidad como parte fundamental del arte. Una computadora, hasta ahora, no tiene intencionalidad. Por eso también una puesta de sol no puede ser considerada "arte", por más que nos provoque emociones. Curiosamente, uno de los puntos fundamentales de la filosofía de Daniel Dennett es precisamente la intencionalidad, lo que él llama "la mirada intencional": defiende que la intencionalidad no es una esencia, sino algo que surge según nuestras necesidades, de la mirada con que vemos algo. En fin, es un tema complejo. (¡Qué padre, no?)

Irving: No he leído el texto de Barthes, pero lo haré. Suena, como dice Ribo, muy interesante lo que dices...

Antonio: De acuerdo, creo... Yo insisto en pensar que "arte" no es algo que contienen los objetos, sino algo que surge de nuestra interacción con ellos (lástima que anoche no tuve la claridad de formular esta pregunta a mi experta amiga).

¡Saludos!
Martín

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Asi mesmo es, Tocayo, esto de "¿es arte o no lo es?" es un tema COMPLEJO, por lo mismo apasionante. Y la verdad, segun lo ultimo leidode todos nosotros, ya no es tanto lo asceptico y objetivo, sino lo personal y subjetivo. O sea, caldo de cultivo perfecto para discutir con un cafe en la mano.

Coincido muhco con tu amiga, el arte DEBE ser intencional; yo le aderezo "... porque la intencion es de comunicar algo, esto es, hay UN MENSAJE"... Incluso la musica que tu comentas, que TAL VEZ lo unico que PUDIERA transmitir es una emocion, pues estimado amigo, ESO ES UN MENSAJE. De hecho, hay mensajes tan basicos y vastos (al mismo tiempo) que se expresan a un nivel ANTERIOR A LA CAPACIDAD DE LAS PALABRAS DE DEFINIRLOS... aun la terrible confusion, angustia, caos de ciertas canciones de metal pesado, aun esas, SI ASI FUE LA INTENCION DE SUS CREADORES, ahi hay un mensaje.

Arte es mensaje, para ser mensaje, en efecto, debe haber esa intencion.
Imagenes, colores, sonidos, olores, sensaciones o pensamientos, por muy hermososo que fueren, si se articularon aleatoriamente y por un creador no conciente, es mi conviccion, eso no es arte.

Jaja, pero ahi muere de mi parte, aqui como en Religion, Futbol y Politica, nunca saldremos de acuerdo. Es mas, ahora que nos vamos al Mundial, ¿por que no sacas un articulo sobre futbol, para ya de plano agarrarnos a jitomatazos?

Saludos a todos

Martín Bonfil Olivera dijo...

En efecto, la intención es importante: pero intención y conciencia son propiedades emergentes de sistemas complejos que no necesariamente tienen que ser biológicos ni humanos. Los animales y las máquinas pueden tener cierto GRADO de intenciones y conciencia... o sea, no hay problema en conceder que la instalación de Eno sea parcialmente creadora, ni que pueda haber en el futuro creadores computarizados mucho más intencionales y concientes..
saludos!
martín

Anónimo dijo...

Al igual que ustedes admiro y dentro de lo que cabe he seguido el trabajo de Brian Eno, me parece muy interesante la reflexión que hace acerca de la pintura en esta pieza, pero también me parece pobre en cuanto a la utilización del medio, a pesar de ser una obra que se cierra en si misma, creo que él no está muy informado del trabajo de artistas de nuevos medios o que utilizan la computadora cómo una herramienta en su producción.

Sap Business Objects dijo...

Excelente articulo, muy informativo. Definitivamente este tipo de informacion nos sirve para los que nos dedicamos a esto, saludos desde Mexico!