miércoles, 22 de agosto de 2012

Crisis de identidad

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 22 de agosto de 2012

A primera vista, parece tonto preguntarse ¿quién soy? Pero cuando se da uno cuenta de que es el cerebro, y no el cuerpo, la sede de la conciencia –no hay necesidad de invocar dualismos místicos–, comienzan los problemas. ¿Soy yo mi cuerpo, o habito mi cuerpo? ¿Soy mi cerebro? Material para noches de insomnio…

Pero los problemas de identidad afloran también en otros niveles. Solía pensarse que, a nivel biológico, los humanos somos individuos formados, sí, por billones de células, pero provenientes todas ellas de un único óvulo fertilizado y que comparten un mismo genoma. Pero los resultados del Proyecto del Microbioma Humano publicados en junio pasado –y que había querido comentar aquí desde entonces– confirman que esa perspectiva es completamente errónea.

El proyecto, financiado por los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos con unos 170 millones de dólares, fue lanzado en 2008, con una duración de cinco años. Su objetivo, a grandes rasgos: estudiar el microbioma: el conjunto de genes de todos los microorganismos que no sólo viven en nuestro cuerpo, sino que le son indispensables para vivir.

Podría sonar exagerado darle tanta importancia los microbios, hasta que se entera uno de que hay ¡diez veces! más células microbianas que humanas en lo que conocemos como “cuerpo humano”. Que constituyen de uno a dos kilos de nuestro peso. Y que dependemos de ellas para procesos tan básicos como la digestión de una gran variedad de sustancias que, de otro modo, seríamos incapaces de asimilar; la producción de vitaminas que nuestro cuerpo no puede generar –como la K y la biotina (o B7)–; la correcta maduración y regulación del sistema inmunitario, el combate a posibles infecciones, y varios más.

Los bebés nacen libres de microbios. Pero ya desde el momento del parto –a través de la piel, el aire, la leche materna– comienzan a ser colonizados por bacterias y otros microbios que luego formarán parte integral de su organismo. El microbioma varía de individuo a individuo, y cambia con el tiempo, y puede ser alterado drásticamente por factores externos como el consumo de antibióticos.

Hoy se está descubriendo, gracias a los métodos de la metagenómica (la lectura simultánea de los genomas de las 10 mil especies distintas de bacterias que nos habita) que estos microbios con los que convivimos en simbiosis pueden también tener una influencia importante no sólo en infecciones agudas, sino en enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes, el cáncer, las alteraciones inflamatorias digestivas como la colitis o el síndrome de Crohn, e incluso las alteraciones cardiacas, el asma, la esclerosis múltiple y el autismo. No porque las causen, sino porque el tipo de microbios que uno tiene parece estar relacionado con la probabilidad de padecerlas. Hay estudios, por ejemplo, hechos con gemelos, que insinúan que el tipo de bacterias que una persona tenga puede ser un factor importante que determine si será obesa.

El microbioma humano consta de unos tres millones de genes. Comparados con los 23 mil de nuestro genoma, han constituido, evolutivamente, un recurso importantísimo para nuestra adaptación y supervivencia. Estudiarlo nos permitirá, literalmente, conocernos mejor: entenderemos que somos algo más que nuestro cuerpo o nuestro genoma. Somos una comunidad que ha coevolucionado: un ecosistema.

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9 comentarios:

Ribozyme dijo...

Excelente tema, Bonfil, y uno que es ignorado por la mayoría de las personas, que viven en un mundo donde hay que usar jabones y todo tipo de productos germicidas para matar a las bacterias que encontramos en nuestro ambiente, que "son malas".

La única postura opuesta a eso que encuentra uno en los medios es la de los productos lácteos con probióticos, aunque ahí típicamente se van al otro extremo, el de prometer beneficios a la salud que no son apoyados por estudios clínicos. Obvio, a los fabricantes de los mismos lo que les interesa es vender su producto y van a prometer tanto como se los permita la ley y el sentido común de los consumidores.

Pero sí es un hecho que el cuerpo humano posee en sus superficies internas y externa una muy variada flora bacteriana, siendo hasta ahora las más estudiadas y consideradas más importantes la cutánea y la intestinal. Para no alargarme en esto, porque al fin de cuentas no es mi blog, mencionaré sólo dos cuestiones interesantes: los miembros de una familia tienden a tener una flora intestinal muy parecida, lo que ilustra que aún con la mayor higiene posible compartimos contaminación de nuestros alimentos (quizás debamos llamarlo "inoculación") con las heces de las personas con las que convivimos, lo que es bueno en la mayoría de los casos (cada vez se acumulan más evidencias de que adquirir una flora intestinal adecuada durante la infancia temprana es esencial para el funcionamiento adecuado del sistema inmune; el no tenerla parece ser determinante para alergias, asma y otras enfermedades del sistema inmune), aunque también es bien sabido que es una vía de contagio para algunas enfermedades. Otro asunto es que se ha observado que personas con algunos transtornos crónicos comunes a la vida moderna, como obesidad y alteraciones anímicas también parecen tener una flora intestinal diferente a la de los que no los sufren... ¿Causa o efecto...?

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Un saludo para todos. Aunque normalmente soy un asiduo opinador en este blog, al ver hacia atrás, me doy cuenta que se me "juntaron" muchas entradas sin decir ni pio… ni modo, se me junto el trabajo en la oficina, ahora si de una manera exagerada y me ausenté. -----Unos comentarios breves: desde la ultima vez, me doy cuenta que han hablado de muchisimas cosas: las elecciones presidenciales (y la habitual necedad de AMLO por hacerse la victima para seguir con su "boleto con premio de reintegro" para la candidatura de 2018); el boson de higgs y su probable hallazgo (caramba, que dosificado se dan las cosas en ciencia); el tremendo debate que se traen con la homeopatia; esto de las "medusas" fabricadas que a mi la verdad me suena a "cyborgs" valgase la palabreja; lo del modelo digital de una bacteria, a manera de entender la complejidad en un ser vivo; el estupendo logro de la NASA al poner en Marte al laboratorio ambulante Curiosidad; el habitual esfuerzo del Tocayo que en su manera de ver pugna por combatir las "tarugadas"; y este ultimo interesante articulo sobre la enorme influencia que tienen sobre nosotros las bacterias (se le podria llamar "simbiosis"?)... ¡Vaya que se han tratado muchos temas desde que vine al ultima vez! -----Mencion aparte y segun lo veo, lo mas importante: a destiempo, Tocayo, pero acepta un abrazo fraterno por la perdida de tu señora madre. Malamente me voy enterando, pero no es tarde para corregir mi omision. No te digo mas porque en lo que creo, sobre la muerte y mas alla, no solo es diferente a lo tuyo, sino que CHOCA siempre con tus certezas; vale pues no decirte mas, sino solo expresarte mi apoyo fraterno. ----- Una ultima: me llamó en especial la atencion la exposicion, objeciones y aun mas, la dura critica del profesor Miranda al Tocayo; y sobre todo me llamó la atencion porque la considero respetuosa, fundamentada y ATENDIBLE. Puede estar o no equivocado, como cualquiera de nosotros, pero el tono expresado, al menos de mi parte, merece recibirse bien y atenderse... Tal vez Tocayo (si aceptas algunas palabras mias) deberias recapacitar en tu respuesta al Sr Miranda, pues no es la primera vez que te leo decir MI blog, MI columna y que eso lo pongas como explicacion de por que no admitir opiniones adversas... llevo ya mucho leyendote y esa actitud es ya reiterada, si bien tarda en salir. Tocayo, en efecto es TU blog, pero no es tu verdad. No hay un mi verdad, tu verdad o la verdad de Miranda. No le puedes decir a el o a quien sea, para el caso, que no se te puede objetar (es falso que te haya insultado, te critico con la misma dureza que ustedes los escepticos suelen usar con los "credulos") porque lo hace en TU blog. Bien te lo dijo, es TU blog, pero tu lo abres a la opinion publica. En fin, yo asi lo veo. ----- Aunque les tenga muy sin cuidado o les interese, les digo que me da gusto leer de nuevo a ti Tocayo, a Jose Maria, a Ribozyme, a Francisco, a todos y espero darles lata en cada entrada, como antes, pues.... jajaja, aunque a Ribozyme le rechine el higado de ver que ya volví.Saludos siempre.

Ribozyme dijo...

No, Luis Martín, de hecho me da gusto verte de regreso por estos lares. Podremos discrepar en muchas cosas, pero reconozco que eres sincero y actúas de buena fe cuando opinas, a diferencia de ciertos engendros homeomaniáticos que han acaparado el espacio de los comentarios en las últimas semanas. Yo pensaba que no habías comentado porque casi cualquier intento de intercambio sensato sobre el tema tratado ha sido saboteado por los susodichos y eso le quita a uno las ganas de participar.

Fernando Miranda dijo...

Fuera de la escondida indirecta a la gran mayoría que creen en cosas sobrenaturales (yo ya me olvidaría del asunto y me concentaría en la maravilla del artículo que Bonfil comenta), todo el articulito es entretenido, bonito e ilustrador.

Fernando Miranda Valle

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Sale, Ribozyme, gracias por tu comentario. En efecto, sea que este cierto o de plano fuera de onda, pero siempre tratando de encontrar la verdad. Jeje, o la Verdad, con lo que significa ponerla con mayuscula; en fin, de cualquier manera, sin dolo. Y no, no fue otra razon sino la simple falta de espacio util para venir por aqui... ni modo, "el que no trabaje, que no coma" y pues habia que comer, jaja. Saludos.

Estimado Fernando, me complazco en conocerlo ciberneticamente en este blog y espero seguirlo leyendo. Aqui andamos a la orden.

Francisco dijo...

Harta razón tenía entonces mi abuela cuando nos decía que "de limpios y tragones están llenos los panteones"! Precisamente estaba platicando hace unos días con un compañero del trabajo cuyo hijo es alérgico a los cacahuates, que a qué se debería el incremento de personas con este tipo de alergias, al menos aquí en Canadá. De manera anecdótica se siente: cuando eramos niños raramente se escuchaba de esto y ahora... los niños tienen prohibido llevar productos con cacahuates a las escuelas, aunque seguramente hay por allí estudios cuantitativos que demuestren esta tendencia.
Otra cosa que me recordó este artículo fue el final de "la guerra de los mundos", donde los invasores alienígenas caen víctimas de los microbios terrestres.

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Pues de hecho el asunto de los cacahuates y su alergia es interesante... yo tambien tengo la impresion que en las sociedades sajonas que nos quedan al norte, saben y tienen en cuenta cierta posibilidad que alguien desarrolle alergia a la crema de maní... pero, en lo personal, nunca he sabido de alguien, chico o grande, que sea alergico a unos deliciosos cacahuates enchilados, tostados estilo español con su cascara, japoneses o unos ya en poco auge, los cocidos con todo y cascara. Botana sin cacahuate, no es botana, y repito, no conozco a nadie alergico a ellos.

Martín Bonfil Olivera dijo...

Luis Tocayo: Comparto lo que dice Ribo, gusto en verte de regreso. Y gracias. En cuanto a la tolerancia o intolerancia en este o en cualquier espacio, creo que se puede resumir fácilmente: completa apertura, tolerancia y discusión CON EXCEPCIONES OBLIGADAS, que son 1) quienes insultan, 2) quienes son a su vez intolerantes y pretenden limitar la discusión e imponer sus puntos de vista a toda costa (lo cual es muy distinto a defenderlos), y 3) los trolls, que defino como quienes sólo vienen a agredir, a molestar, a estar con necedades interminables (probablemente a falta de algo útil que hacer en su vida) y a tratar de que las discusiones se empantanen o se desvíen. Si quieren más detalles, consulten la definición de troll en la wikipedia.

Sobra decir que tú no caes en ninguno de los 3 casos (aunque en tus peores momentos estabas cayendo en el 3). Respecto al prof. Miranda, llegó aquí insultándome y descalificándome. Le repito, ésta es mi casa; no tolero insultos. Si se mide, será tolerado. Si no, le aplicaremos la receta anti-troll (siempre pueden enviar cartas a la redacción de Milenio Diario, donde sí no hay límites y NO es mi casa, sino un diario abierto a todos).

Saludos,
Martín

Francisco dijo...

Bueno, pues esta bién así, con las reglas de participación bien puestas sobre la mesa. Aunque uno esperaría que estas normas elementales de convivencia fueran obvias, resulta que no es así.
Lo de los insultos es claro: no tardan las discusiones en alejarse del tema para centrarse en la persona. Esto es bien claro especialmente en algunos foros de política en los que me gustaba participar: hay solamente de dos sopas, o eres un neoliberal a ultranza, vende patrias,con el cerebro lavado por Televisa, admirador de Salinas o si no, entonces eres un fósil izquierdoso, busca pleitos, admirador del Peje. Los humanos somos muy afectos a etiquetas y encasillar.
La tolerancia y al apertura son indispensables, porque si no se pierde el sentido mismo de abrir un blog. De otra manera te quedas "predicando a los ya creyentes".
En lo de "tratar de imponer" o "defender" y en lo de los trolls, ahí sí puede haber algunas áreas grises y pues siendo tu blog la tuya será la última palabra.

Por cierto, confieso que yo no sabía nada sobre la homeopatía. Me acuerdo que cuando era niño escuché la palabra y le pregunté a mi mamá qué cosa era y me respondió que "son los médicos que curan con chochitos". Y de allí para acá, (en qué mundo vivía pues, verdad?) no había oído de ella. A raíz de estas discusiones, me puse a leer, incluso algunas ligas de los defensores y ya tengo mi propia opinión. Así que por mi parte, puedo decir que el episodio de las interminables cantaletas homeopáticas no me resultó tan estéril.