Publicado en Milenio Diario, 10 de octubre de 2012
Es semana de Nobeles, y uno siempre piensa, ¿cuándo tendremos premiados mexicanos en ciencia, aparte de Mario Molina (que no realizó su trabajo en nuestro país)?
Inmediatamente surge el tema de la falta de una cultura científica que forme parte de la cultura general –o mejor, como ha propuesto Ruy Pérez Tamayo, de la cultura popular– del mexicano. No tarda uno mucho en hablar de educación, y las múltiples carencias de la enseñanza de la ciencia… y de la escuela en general.
Pero tarde o temprano, se llega al problema de fondo: la falta de apoyo, decidido y firme, de gobernantes y tomadores de decisiones –industriales y dueños de medios de comunicación incluidos– para fomentar la investigación científica, el desarrollo tecnológico y su vinculación con la industria –el número de patentes mexicanas por año es infamante– y, en general, para generar un sistema científico-tecnológico-industrial maduro, sólido y pujante.
En otras palabras, hace falta una verdadera política de Estado en ciencia y tecnología.
Desde hace décadas, la comunidad científica ha intentado, con mayor o menor éxito, llamar la atención de las autoridades, señalando la importancia del desarrollo científico y técnico para mejorar el nivel económico y de bienestar del país. Han obtenido algunas respuestas, pero nunca un compromiso suficientemente sólido: la ciencia sigue siendo un artículo de relumbrón para los políticos, digno de aparecer en discursos y hasta en leyes, pero que a la hora de las acciones se queda siempre a medio camino. El ejemplo más elocuente es ese 1% del Producto Interno Bruto que promete –exige– la Ley de Ciencia y Tecnología aprobada en el sexenio Foxista (artículo 9 bis)… y el menos del 0.4% que se invierte realmente.
Hoy nuevamente la comunidad científica ha buscado el contacto con el nuevo presidente electo para hacerle llegar sus exigencias. La respuesta ha sido prometedora: se les escuchó, se nombró a un “coordinador de ciencia, tecnología e innovación” del equipo de transición, e incluso se habló de incrementar en un 0.1% anual la inversión en el ramo, para acercarnos al deseado 1% del PIB.
Pero, a diferencia de lo expresado por mi amigo y colega Horacio Salazar en Milenio hace unos días (29 de septiembre), creo que eso no basta. Si no logramos que sean los ciudadanos quienes estén conscientes de la importancia de la ciencia y la tecnología, y quienes exijan a los gobernantes que las apoyen, difícilmente éstos lo harán, por más que los científicos cabildeen.
En otras palabras, se requiere de un mandato ciudadano, basado en la apreciación y la comprensión públicas de la ciencia, y la participación y responsabilidad ciudadana en las decisiones que se tomen al respecto.
Comenzar a construirlo deber ser una de las tareas urgentes de quienes estamos a favor de la ciencia y la tecnología como bases del desarrollo y el bienestar nacionales.
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6 comentarios:
Curioso leer "presidente electo" en un mismo artículo que habla de "mandato ciudadano"...
yo vine aqui por el espejito que nos vendieron como detector GT200...
Estimado Tocayo Anónimo,
Entiendo perfectamente el sentido de tu crítica (que evidentemente alude a los procesos "democráticos" del país). Sin embargo, cuando abres el link sobre "mandato ciudadano" y ves a qué se refiere Bonfil con éste término, te puedes dar cuenta de que éste, así entendido, no se aleja mucho de los bajos estándares de la democracia en México. Por ejemplo, a pesar de que la iniciativa a la que Bonfil se refiere se llama “Agenda Ciudadana de Ciencia, Tecnología e Innovación”, para la definición ésta agenda, no intervino ni una sola organización civil. Además, bajo la apariencia de ser un ejercicio democrático y bajo una racionalidad puramente técnica y científica, en esta iniciativa se encuentran algunos otros asuntos económicos y políticos escondidos-y tomados como válidos a priori- que no están abiertos a la negociación, por ejemplo ¿Por qué no en esta agenda en vez de hablar de seguridad alimentaria (término acuñado por la FAO y apoyado por las políticas del libre mercado de la OMC) se habla de “soberanía alimentaria” (concepto propuesto por Vía Campesina)? En fin, que eso de “electo” y “mandato ciudadano” para mí sólo es algo nominal y carente de legitimidad.
Estimado anónimo No. 2: Por supuesto, la famosa Agenda Ciudadana, que próximamente se presentará oficialmente (espero), no es perfecta, sino una versión "beta", todavía con grandes problemas... y sí, en cierta medida, todo está ya decidido previamente por una serie de instituciones promotaras del desarrollo de la ciencia y la tecnología, aunque no haya organizaciones civiles. Sería padre que en una futura versión éstas fueran incluidas, y se diera más libertad para que los ciudadanos eligieramos las temáticas. Pero, ¿no es una iniciativa que despierta el interés de los ciudadanos por la CyT, que tanta falta hace? ¿No los invita a participar e involucrarse, así sea mínimamente? ¿No permite que se presiones a los gobernantes y tomadores de decisiones con un cierto apoyo, simplista pero real, del ciudadano? En mi opinión, es una propuesta, aunque inicial y perfectible, repito, en la que todos ganamos. Por tanto, ¡apoyémosla!. De manera crítica, con precaución, si tú quieres, pero sin mezquindades. Ya es hora de dejar de quejarnos y hacer algo, juntos. ¿no crees?
(En cuanto a lo de si Peña Nieto es electo (sí lo es), legítimo (discutible), si nos cae bien o no, no le veo el caso a discutirlo. Es el próximo presidente, y habrá que asumir la realidad de esa circunstancia, más allá de filias o fobias.)
Hay que ver este asunto con mas amplitud.
Si solo en Mexico se presentara este bajisimo rendimiento, bajisimo interes, bajisima apreciacion de la ciencia, ENTONCES HABRIA QUE BUSCAR LAS RESPEUSTAS EN UN AMBITO MEXICANO. Pero como compartimos estas taras con MUCHOS OTROS PAISES hay que buscar las razones, los motivos, ademas de en Mexico, en lo que compartimos con otros paises.
Por ejemplo, America Latina. Es notorio como esta condicion de baja estimacion de la ciencia en nuestros paises se da en nuestras culturas. No es diferente en Africa o en Medio Oriente... PERO NO EN EL LEJANO ORIENTE. En los paises del lejano oriente, diria yo en el profundo Asia, la apreciacion de la ciencia se esta acelerando, casi para darle envidia a los europeos... ¿POR QUE?
Yo creo que el asunto ES MAS PROFUNDO que cual es el gobierno en turno, cual su plataforma programatica, que filiacion tiene (revolucionaria, mocha o rabanita)... esa manera de pensar, de atribuirle al gobierno mas influencia en la sociedad que la que realmente tiene, ese culpar o alabar al gobierno de nuestros aspectos basicos como nacion, AH ESE SI QUE ES UN RASGO MUY MEXICANO: echale la culpa al gobierno.
Es cosa de cultura. Y no cultura como saber de musica clasica o de escultura. No, Cultura, nuestra manera profunda de ser, sentir, razonar. Nuestra cultura. Y como en esa manera, TIENE UN LUGAR INFIMO, SI ACASO, LA CIENCIA.
¿Por que el conocimiento, la curiosidad maridada con el esfuerzo y disciplina, habria de ser nuestra norma y via, si de toda la vida en Mexico el exito lo han valorado por el dinero, el prestigio, la posicion o la fuerza lograda?
¿Por que mediomatarse estudiando, para acabar con dos destinos: o dar clases o trabajar en una universidad (claro, luego de colas infinitas de aspirantes a invesitgadores que no entran a esos anhelados puestos? sobre todo si se puede tener un futuro mas rentable como vendedor, abogado, etc.
En fin ¿por que tomar el camino largo y meritorio, si hay TANTOS CAMINOS CORTOS, LUCRATIVOS Y DE MENOS ESFUERZOS? mas si la sociedad al gandalla le llama "listo, ese es muy listo" (en lugar de decirle que es tramposo y ladino).
Yo creo que LA RAZON DE FONDO para que no se aprecie la ciencia y por ello no se produzcan cientificos, ES NUESTRA CULTURA. Nuestras motivaciones Y VALORES profundos. No concuerdo en pensar que es cosa de la politica de estado (existente o ausente) sobre la educacion. Aun con lo importante que es, esa politica de estado ES UNA CONDICION COYUNTURAL. LO de fondo, lo basico, la piedra angular, ES QUE EN NUESTRA CULTURA NO INTERESA SABER, no saber para un algo, sino por el gusto de saber. Saber por saber. Por el placer de saber... en ese sentido, percibo en nuestra cultura un filon muy profundo de cinismo.
Mientras mas tarde en identificarse la razon ultima y profunda de esta condicion de apreciacion cuasi nula la al ciencia, mas tarde será que llegue el inicio de la solucion. Tal vez nunca llegue.
Por ello, esgrimir que es algo tan inmediato como la politica de un gobierno, me parece o no entender o dejar que el tono personal de preferencias dicte el analisis. Demagogia, pues ("manipular la opinion publica", en una etimologia modernizada, si me aceptan el termino).
Yo lego, asi lo veo.
En otras palabras, se requiere de un mandato ciudadano, basado en la apreciación y la comprensión públicas de la ciencia, y la participación y responsabilidad ciudadana en las decisiones que se tomen al respecto.
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