miércoles, 9 de julio de 2014

Ciencia, economía y desarrollo

Por Martín Bonfil Olivera
Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 9 de julio  de 2014

Quienes estudiamos ciencias naturales tendemos a tener una opinión bastante prejuiciada de la economía (quizá más que de las otras ciencias sociales, a las que tampoco solemos apreciar demasiado). Probablemente porque en la educación básica y media no se nos enseña prácticamente nada al respecto.

La semana pasada tuve oportunidad de comenzar a combatir mis preconcepciones al asistir al Simposio Libertad y Desarrollo, organizado por el Departamento de Economía y Finanzas de la Universidad de Guanajuato. Se trató de un evento académico de cuatro días de duración y notoriamente bien planeado y organizado, dirigido principal, pero no exclusivamente, a los estudiantes de la carrera de Economía; la mayoría de los ponentes pertenecían asimismo al mundo de las ciencias económicas.

En esta segunda edición, el Simposio estuvo dedicado al tema de la discriminación. Yo fui invitado a hablar sobre la utilidad de la ciencia –y su difusión pública– para combatir las distintas formas en que privamos a nuestros semejantes de los derechos que todos deberíamos tener.

Para mí, un humilde químico acostumbrado a tratar con una concepción físico-química-biológica del mundo, donde la energía y la materia se conservan y el conocimiento se obtiene en gran medida gracias a la experimentación controlada, asomarme a la economía fue como entrar a otro mundo. Ahí los experimentos son raros; se depende más bien de observaciones y modelos (muchos de ellos altamente matematizados y rigurosos, eso sí). Y el dinero, que hoy es ya una entidad virtual, no barras de oro almacenadas en Fort Knox, ¡sí se puede crear continuamente!

En el Simposio me enteré de que existen grandes mitos respecto a la economía. Por ejemplo, que lejos de lo que muchos creemos, esta ciencia no es un simple revoltijo de concepciones caprichosas y contradictorias que no logran predecir gran cosa, sino una disciplina con altos estándares de rigor que produce conocimiento que puede ser sometido a prueba y mejorado. (Aunque, eso sí, la complejidad mucho mayor del sistema económico global respecto a los simplificados sistemas que estudian normalmente la física, la química o la biología –recordemos la clásica vaca esférica sin fricción de los físicos– hace que sea prácticamente imposible obtener –¿todavía?– predicciones muy exactas. Y, a diferencia de las ciencias naturales, la economía no logra todavía alcanzar consensos muy amplios entre sus expertos, que siguen divididos en grandes escuelas de pensamiento).

Y que el “neoliberalismo económico” es más bien una entelequia imposible de definir con precisión que nadie, al parecer, defiende como tal (lo cual no quiere decir, opino yo, que no existan maneras de manejar la economía que son altamente dañinas para grandes porciones de la población mientras que favorecen inequitativamente a unos pocos).

Pero lo más importante es que entendí –o comencé a entender– que la economía, junto con otras disciplinas o ciencias sociales (no caeré en la trampa de tratar de definir quién tiene derecho a llamarse ciencia y quién no) pueden –y deben, según el pensamiento liberal, entendido en sentido amplio, que se defendió en el Simposio– ser utilizadas para combatir la desigualdad y la discriminación, para lograr que, como expresa el lema del evento, haya “un lugar para cada proyecto de vida” y, en última instancia, para promover el bienestar de la humanidad.

No: los economistas no son como los pintan. Al menos, no todos.

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Contacto: mbonfil@unam.mx

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Economía es algo de verdad complejo. En aquellos años en que ingresé a la Universidad de Guadalajara, me tomo desprevenido y me convenció casi totalmente la visión económica del comunismo, de aplicación obligatoria en mi universidad en esos años (una verguenza para lo que debiera ser catedra abierta en una Universidad). Adopté practicamente todo el esquema de pensamiento marxista, hasta eso, muy solido al ser no solo economico, sino social (solicalismo), historico (materialismo historico) y filosofico (materialismo dialectico)... pero con el tiempo, cayo por su propio peso ese marxismo, al fundamentarse en un concepto cinico y absoluto: la lucha de clases. Ese concepto nos hace a lso seres humanos "titeres" en la gran corriente economica y social que conceptuaba Marx. Ese modelo, necesariamente sacrificaba la individualidad en aras de una colectividad "justa socialmente".
Su intento de hacerlo practico duró 85 años y se derrumbo estrepitosamente, dejando a un bloque entero a la deriva. Ya nadie cree que el comunismo sea viable...
Pero, y por eso hice el anterior desarrollo: el comunismo de Marx, explicaba muy bien por que el capitalismo, en su misma entraña y proyeccion, implica las ganancias de unos si y otros no, y eso proyectado en años, necesariamente provoca cada vez mas concentracion de riqueza. ES INEVITABLE, si es capitalismo, asi es como ocurrirá... al irse el comunismo, por fortuna dejo esa nefasta vision del ser humano solo como uno de un infinito numero, como una fraccion de una colectividad; PERO, también dejo en el panorama solo al capitalismo, que como dije, implica inevitablmente la acumulacion de riqueza y la desigualdad.
En esta realidad actual, no hay una vision diferente, que nos permita SABER COMO HACER; no me refiero a un capitalismo parchado con atenuantes sociales que sean asistencialismo a lso pobres, me refiero a un tercer modelo que en su propia raiz permita, sin que se tenga que compensar todo el tiempo la creciente riqueza, permita a todas las personas un ingresos congruente a su esfuerzo, talento, empeño, vision, riesgo.
Asi como puso el Tocayo en el anterior inserto: EQUIDAD NO ES IGUALDAD, y lo puso clarisimo con tres hombres de deiferente altura subidos en cajas. Se trata de que igualen su altura, no de que a todos les toquen una caja... ah pues en eso fallaba el comunismo, que imaginaba una situacion IGUAL para todos, en lugar de una situacion EQUITATIVA a cada uno, segun pusiera cada uno. El capitalismo, sencillamente no contempla ni igualdad ni equidad.
Digo yo, haría falta una tercer vía, y no como ahora, medidas solo correctivas a un capitalismo, pero que al ser correctivas, seran siempre imperfectas y siempre asistenciales.

Estamos a la espera de nuevos genios en Economia, que nos propongan algo en verdad nuevo.

Luis Martin Baltazar Ochoa dijo...

Una disculpa, sabe Dios a que le piqué. Yo fui el anónimo anterior. Saludos.

Anónimo dijo...

Defender la igualdad ya no es liberalismo, sino socialismo. El liberalismo defiende el asesinato por omisión para defender la propiedad privada, por eso promueven la sanidad privada.