Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 10 de diciembre de 2017
La semana pasada abundó en buenas noticias para la comunicación pública de la ciencia en México.
También conocida como divulgación científica, dicha labor, como ya se ha comentado frecuentemente en este espacio, busca promover la cultura científica de los mexicanos a través de movilizar los conocimientos generados por los científicos en sus laboratorios y publicados en revistas especializadas, recrearlos para volverlos accesibles y atractivos, darles un contexto que los haga relevantes y pertinentes para todos los ciudadanos, sin perder el necesario rigor que le da al conocimiento científico su confiabilidad, y finalmente difundirlos lo más ampliamente posible.
Sin embargo, en nuestro país hay relativamente pocos especialistas dedicados a esta actividad. Por ello es importante la existencia de estímulos que la fomenten, como el Premio Nacional de Divulgación de la Ciencia “Alejandra Jaidar”, que desde 1991 otorga la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica (Somedicyt), o los más recientes Premio Luis Estrada Martínez a la Divulgación Científica Realizada por Jóvenes, de la misma Somedicyt (ambos en memoria de pioneros de la divulgación científica en México), o el Premio CONACYT de Periodismo de Ciencia, Tecnología e Innovación, que otorga el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Y precisamente en días pasados se realizó la entrega de los tres premios. El primero, el 6 de diciembre, a Estrella Burgos Ruiz, reconociendo así la trayectoria de quien durante 37 años como divulgadora, periodista y editora ha sido una de las más ejemplares y entusiastas divulgadoras científicas de México y Latinoamérica. Además de los 19 años que ha dedicado a ser la editora de la exitosa revista ¿Cómo ves?, que durante ese mismo número de años ha publicado la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) de la UNAM, Estrella ha escrito libros, conducido programas de radio y televisión, colaborado en revistas y diarios, impartido cursos y organizado actividades de promoción del periodismo científico, tanto nacional como internacionalmente.
Ese mismo día, el Premio Luis Estrada para Jóvenes fue entregado a Diana Citlali Ávila Padilla, de Mérida, Yucatán, de 19 años y estudiante de física en la UNAM, quien propuso el diseño de Quiu App, “proyecto que incorpora la divulgación científica a las tecnologías de la información móviles”.
Al mismo tiempo, se llevaba a cabo en las instalaciones de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla el V Seminario Iberoamericano de Periodismo de Ciencia, Tecnología e Innovación, que cada año organiza el Conacyt: uno de los eventos que más ha hecho para promover y profesionalizar la actividad de periodismo científico en nuestro país.
En ese marco, el 7 de diciembre se reconoció a los ganadores del Premio Conacyt de Periodismo, en sus distintas categorías. En revistas impresas, Iván Carrillo Pérez por su reportaje “Axolotl: Un dios en peligro de extinción”, publicado en National Geographic Latinoamérica (con mención honorífica para Saraí Rangel Reyes, de Muy Interesante, por su trabajo “Especies invasoras en México. La bella plaga”). En radio, el ganador fue Carlos Hernández Zarza, con “¿Por qué el oso negro ha perdido miedo al hombre?”, transmitido en la estación UniRadio 99.7 FM, de la Universidad Autónoma del Estado de México (con mención honorífica para Jorge Alberto Ceja Morán, de Ibero 90.9 Radio, por “Cielos Oscuros”). Y en la categoría televisión, Hugo Garizurieta Bernabé resultó premiado por “Tzakatkiwi: el árbol cósmico”, de Radiotelevisión de Veracruz. (Desgraciadamente, la categoría de periódicos tuvo que declararse desierta, lo cual habla de la necesidad de seguir impulsando el periodismo científico nacional.)
Y aún hay más: el pasado 12 de diciembre el Museo de Ciencias Universum de la UNAM, uno de los proyectos de difusión de la cultura científica más importantes del país, celebró sus primeros 25 años, junto con el 19 aniversario de la revista ¿Cómo ves? Y próximamente se anunciará el ganador del Concurso de Divulgación y Periodismo de la Ciencia Gertrudis Uruchurtu, convocado por la propia DGDC-UNAM.
Como se ve, y a pesar de carencias y crisis, la divulgación científica en nuestro país recibe apoyo desde distintas trincheras, incluidas las institucionales. Simposios y premios como éstos, pero sobre todo la labor continua y entregada de los individuos que, jóvenes o no tanto, deciden dedicar su trabajo a lograr que la cultura científica se convierta en parte de la cultura popular de los mexicanos, son un rayo de esperanza para nuestro país. ¡Gracias!
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