Martín Bonfil Olivera
Milenio Diario, 17 de enero de 2007
Más que preocupantes, son deprimentes y peligrosas las declaraciones del secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos (Excélsior, 11 de enero). Se lanza en contra de las campañas de prevención del sida por medio del condón. Revela un programa basado en los principios del conservadurismo católico. Y ostenta una preocupante homofobia. Perjudica así los intereses de la salud del pueblo mexicano, que debiera estar basada en principios científicos.
Proponer “más educación” es excelente. Lo malo es contraponerla, tramposamente, al uso de condón. Más allá de juicios religiosos o morales, es asunto de salud pública. La abstinencia y la fidelidad pueden prevenir contagios, si son rigurosas. La realidad es que la inmensa mayoría de los adolescentes están teniendo relaciones sexuales a edades cada vez más tempranas, les guste o no a sus padres.
Lo deseable, entonces, es educarlos para que puedan protegerse adecuadamente de infecciones y de embarazos no deseados: enseñarles el uso correcto del condón. Cualquier otra actitud es irresponsable y un riesgo a su salud.
Es también tramposo argumentar, como hace el secretario, que son los padres de familia quienes deben asumir la responsabilidad por la forma en que sus hijos ejerzan su sexualidad. La Constitución establece que es el Estado quien tiene la responsabilidad de impartir una educación pública laica y basada en los principios científicos. Esto incluye la educación sexual necesaria para garantizar el bienestar de los ciudadanos.
La campaña por arrebatar al Estado la responsabilidad de la educación pública y otorgarla a los padres de familia es un punto principal de la agenda de la derecha católica, con raíces cristeras y sinarquistas y representada hoy por el ultracatólico Yunque, tan influyente en el gabinete calderonista.
Finalmente, Córdova exhibe una lamentable ignorancia al opinar que las campañas en contra de la discriminación homofóbica “parecían hacer promoción de prácticas de mayor riesgo”. Como si el ser homosexual (y no el sexo sin condón) fuera el factor de riesgo de contagio del sida. Y como si las campañas mediáticas pudieran fomentar la homosexualidad (no “el homosexualismo”).
La salud de los mexicanos en manos de la derecha católica: eso sí es un peligro para (la salud de) México. Lo más adecuado sería la pronta renuncia de este inadecuado secretario de Salud.
1 comentario:
En qué ha terminado ésto?
¿Cómo surgió la sosa campaña de 'gracias' por usar condón?
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