miércoles, 22 de octubre de 2008

Experimento póstumo

por Martín Bonfil Olivera
Publicado en
Milenio Diario, 22 de octubre de 2008

Rara vez un descubrimiento científico cambia de golpe el contenido de los textos escolares. Normalmente el avance de la ciencia, con sus lentos pero constantes refinamientos y sus muy raras revoluciones, tarda años en reflejarse en los libros.

Pero el descubrimiento del equipo encabezado por Jeffrey Bada, del Instituto Scripps, y en el que participa el mexicano Antonio Lazcano, de la UNAM (Science, 17 de octubre), seguramente cambiará lo que enseñan los libros de biología.

Se trata, como reportó MILENIO Diario, del reanálisis de los resultados del experimento clásico sobre el origen de la vida llevado a cabo por Stanley Miller en 1953. Consistía en un sencillo aparato cerrado en que se introdujo agua y varios de los gases que, se suponía entonces, formaban la atmósfera de la Tierra primitiva (metano, hidrógeno y amoniaco), hace unos cuatro mil millones de años. La mezcla se hizo hervir y se recirculó durante varios días, sometida a descargas eléctricas. Luego se analizó la mezcla resultante con los métodos de la época; en ella se hallaron cinco aminoácidos (las unidades que forman a las proteínas, moléculas fundamentales para los seres vivos).

Lo que halló el grupo de Bada, al revisar muestras almacenadas por Miller, junto con sus cuadernos de laboratorio, fue que aparte del experimento clásico había otras dos variantes que nunca fueron reportadas. En una de ellas los gases, en vez de simplemente circular, eran inyectados como un chorro en la cámara donde ocurría la descarga eléctrica.

Hoy se piensa que la atmósfera primitiva no tenía la composición supuesta por Miller. Pero el aparato de chorro simula las condiciones de un volcán, donde sí pueden hallarse esos gases. Y las erupciones muchas veces van acompañadas de relámpagos. En el experimento “volcánico” se hallaron, con métodos modernos, 22 aminoácidos. Se tiene así una nueva opción para explicar la aparición de las moléculas que formaron a los primeros seres vivos.

¿Y por qué estudiar el origen de la vida? No sólo para conocer nuestra historia; también porque si un proceso químico sencillo como éste ocurrió en la Tierra, podría ocurrir en otros mundos. La pujante ciencia de la astrobiología es nieta del experimento de Miller, hoy otra vez sorprendentemente actual. La buena ciencia siempre da sorpresas.

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5 comentarios:

Vivette García dijo...

Qué chingón. Recuerdo que cuando estudiaba el último año de bachillerato, en el área 2, mi maestra de laboratorio de biología invitó a Toño Lazcano a que nos diera una plática. Ella formaba paete de su equipo en la Facultad de Ciencias. Lazcano nos habló acerca de este experimento e hicimos una versión de él como práctica de laboratorio. Me fascinó entonces. No deja de fascinarme hoy.

Heriberto Glez. Pineda dijo...

Buenisímo y sobre todo admirable como dice Vivette García y Martha González que el Sr. Lazcano siga transmitiendo su conocimiento en el país.

Martín Bonfil Olivera dijo...

Pues también cuando yo iba en la prepa 6 (de donde también, si no me equivoco, egresó Lazcano), él fue a dar una charla en el auditorio principal sobre el origen de la vida. Recuerdo que me estimuló enormemente, y también recuerdo una diapositiva con una lata de sopa Campbell's que decía "Sopa primitiva". Desgraciadamente, en mi prepa no hicimos el experimento de Miller como práctica de laboratorio (de hecho, creo que en 3 años de prepa debo de haber hecho unas 4 prácticas de laboratorio en total...).

Martín

Martín Bonfil Olivera dijo...

Hmm... me dice Toño Lazcano que él egresó de la Prepa 1... ni modo!

martín

Rodrigo Solís dijo...

Yo que egresé del Instituto Cumbres y luego del Instituto Patria (ambas escuelas católicas y para gente pudiente) no teníamos laboratorio porque Dios creo al mundo en 7 días.
Sospecho que esa teoría era muy conveniente para los sacerdotes a la hora de comprar sus automóviles ultimo modelo antes que construir un laboratorio.