miércoles, 18 de marzo de 2009

Pirámides científicas

por Martín Bonfil Olivera
Publicado en Milenio Diario, 18 de marzo de 2009

Ante el escandaloso fraude financiero de Bernard Madoff (no “pirámide”, porque no tenía niveles, sino “esquema Ponzi”: Madoff era el contacto directo de todas sus víctimas) cabe preguntar si no hay casos similares en ciencia.

En su clásico libro El mundo y sus demonios, el astrónomo y divulgador científico Carl Sagan explica que “la ciencia requiere del libre intercambio de ideas; sus valores son opuestos al secreto”.

Valores que, añade, comparte con la democracia.

Un sistema así se basa en la confianza. Y donde hay confianza, puede haber fraude. El jueves pasado en este espacio, mi amigo Horacio Salazar platicó cómo un solo científico deshonesto puede poner en jaque a toda una rama de la ciencia (en este caso, la algiología, o estudio del dolor, donde se descubrió que por lo menos 21 artículos especializados de Scott Reuben, reconocido anestesiólogo, contenían datos falsos).

Aunque la ciencia cuenta con mecanismos de control de calidad, como la “revisión por colegas” a que se somete todo artículo antes de ser publicado, es imposible revisar cada detalle. Y como el sistema de evaluación y sueldos de los investigadores exige producir cuantos artículos sea posible (“publicar o morir”), la tentación —y la oportunidad— de hacer fraude siempre existen.

El mismo jueves, el académico Wietse de Vries, de la Universidad Autónoma de Puebla, reflexiona en el suplemento Campus de Milenio sobre la semejanza entre la “industria de las publicaciones académicas”, basada en la confianza, con un esquema Ponzi (nombrado por Charles Ponzi, emigrante italiano que descubrió lo fácil que era hacer fraudes utilizando la confianza de los ciudadanos y las reglas del sistema financiero, que permiten hacerse rico no con dinero, sino con la promesa de dinero, como explicó Carlos Mota el jueves también en Milenio.

Los investigadores, dice de Vries, escriben artículos que sus colegas evalúan (y viceversa); éstos luego citan, en sus propios artículos, los de los demás. El sistema premia publicaciones y citas: cuantas más haya, mayor beneficio para todos.

No estoy seguro de que la analogía de de Vries esté bien fundada, pero no vendría mal que los científicos revisaran —ya lo están haciendo— sus sistemas de evaluación y de control de fraudes.

(Ilustración: tomada de PhD Comics, la excelente tira cómica para estudiantes de posgrado de Jorge Cham)

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4 comentarios:

CLIONÁUTICA dijo...

Muy buen comentario, los científicos tenemos mucho que hacer para acabar con esta etapa negra de las ciencias en México. Te invito a que visites mi blog CLIONAUTICA, http://clionautica.blogspot.com, saludos!

Adrián Robles dijo...

También existen sistemas internacionales como los Sistema ISO que hacen que toda la información, documentación, cambios, planes y demás estén dentro de una estructura bien organizada, aprobada y documentada, para evitar este tipo de fraudes. He trabajado con el sistema 9000, 14644, 13485 y son bastante buenos.

Anónimo dijo...

¡Adrián me ganó la sugerencia! En efecto, en ocasiones he sugerido emplear en los laboratorios de investigación herramientas de aseguramiento de la calidad que conocí cuando trabajaba en la industria farmoquímica (allí fue donde Adrián y yo nos conocimos; él es el experto en cuestiones de aseguramiento de la calidad), tales como el empleo de manuales accesibles para todos los equipos que se usan, instrucciones detalladas por escrito para los procedimientos comunes, lo más importante, llevar a cabo registros rigurosos por escrito de los experimentos y determinaciones que se realizan, incluyendo modificaciones a procedimientos establecidos o descripciones detalladas de procedimientos nuevos, en los que se incluya algún tipo de certificación de la fecha y el equipo utilizado (la mayoría de los equipos computarizados de análisis y documentación permiten hacer esto). De hecho, en países donde la gente es más disciplinada para trabajar, dichas medidas se aplican de rutina, pero si en nuestro país es una batalla muy dura para lograr que los empleados a todos los niveles en la industria implementen dichas medidas porque su empresa requiere la certificación ISO-9000 y similares para ser competitiva ¡Qué tan difícil no será llevarlo a cabo en los centros de investigación donde la informalidad es la norma y no la excepción!

Como contraste con las trácalas de este señor Reuben, que le pegan a lo que sus detractores llaman "medicina convencional" o "establecida", está el asunto del médico británico que inició el asunto de que las vacunas provocan autismo. Resulta que todas sus "investigaciones" están basadas en datos inventados y en realidad no existe evidencia alguna de que las vacunas provoquen autismo o algo semejante, sin importar lo que quieran creer algunos despistados conspiranóicos que llegan al punto de exponer a sus hijos a enfermedades muy serias al no ponerles las vacunas requeridas. Incluso hay celebridades de Hollywood, como Jim Carrey y su novia que han hecho una amplia promoción de estas peligrosas falsedades.

De cualquier modo, las mentiras en ambos casos se descubrieron porque los registros escritos no coincidían con lo que se afirmaba en los reportes publicados. En el caso de las vacunas y el autismo una señal de alarma previa a la revisión de registros fue que los resultados publicados originalmente no pudieron ser reproducidos en otros laboratorios. Una de las cosas geniales del conocimiento científico es que para que un hallazgo se considere concluyente, este deberá poder ser repetido independientemente de quién lo haga y dónde se haga. Nada es incuestionable.

Anónimo dijo...

Creo que el articulo que se cita es bastante restringido y con una vision muy estrecha. Es cierto que al sistema en Mexico es un tanto perverso y que tiene repercusiones negativas en las tecnicas de investigacion y en los productos que se consideran publicables (premiando la publiquitis, independientemente de la calidad).

Lo que creo que es totalmente distinto a como se pinta en el articulo, por lo menos en las ciencias fisicas, es esta nocion de piramide promovida por las universidades y las revistas. Hoy en dia, la transmision del conocimiento es a traves de los archivos electronicos
(http://arxiv.org).
Toda la investigacion que es relevante y vale la pena, se puede accesar de manera gratuita e inmediata. Lo usual es enviar la publicacion a los archivos electronicos, antes de ser sometida a las revistas. Claro, en lugares tercermundistas como Mexico, algunos colegas prefieren 'esconder' sus trabajos y solo 'subirlos' cuando han sido aceptados, pero eso no es la practica comun dentro de la comunidad respetable. Si los articulos salen en la revista X o Y es ya un tanto secundario (solo es importante para la puntitis de las agencias cuantachiles). Los archivos electronicos han hecho que el acceso a la ultima frontera de la investigacion sea lo mas democratico posible (cualquiera con acceso a cafe internet puede tener acceso), y las revistas, junto con sus cuotas a veces mercenarias, son totalmente irrelevantes para poder accesar a esa informacion.

Incluso dentro de la comunidad que discute sobre el futuro de la ciencia y las practicas de publicacion se ha planteado la posibilidad de que desaparezcan las 'revistas arbitradas'. Creo que todavia es prematuro saber que pasara, pero lo que es innegable es que las nuevas tecnologias (como los archivos y los blogs) han transformado la manera como los cientificos y los entusiastas de la ciencia nos comunicamos. Y eso es muy a pesar de las arcaicas instituciones de evaluacion de Mexico y otros paises igualmente atrasados.