Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM
Publicado en Milenio Diario, 21 de agosto de 2013
La epidemiología es una rama médica que a veces proporciona relatos dignos de una novela o un programa de televisión.
En febrero de 1998, en Valencia, España, el Departamento de Salud detectó, en pacientes sometidos a cirugía en un hospital privado local, un brote de hepatitis C, infección causada por un virus que se transmite por la sangre (por ejemplo en transfusiones –aunque esto se evita actualmente mediante el adecuado control médico de la sangre– o por compartir jeringas entre drogadictos). Al investigar, lograron relacionar una gran parte de los casos con una persona: un anestesista que trabajaba en dicho hospital, así como en una clínica cercana.
Buscando más posibles pacientes, entre 66 mil operados en los dos hospitales, se identificó a 322 de ellos que habían sido infectados durante un periodo de más de diez años. Todos habían sido tratados por el mismo anestesista, que al parecer se había estado inyectando los analgésicos y anestésicos que luego administraría a sus pacientes, con las mismas jeringas.
¿Caso cerrado? No es tan sencillo.
La corte decidió recurrir a un grupo de expertos en genética médica y evolución molecular, encabezado por Fernando González Candelas, de la Universidad de Valencia, para ayudar a responder varias preguntas: si el acusado era realmente responsable de las infecciones, cuántos de los 322 pacientes fueron de hecho infectados por él, cuándo había ocurrido cada infección y cuándo se había infectado el acusado.
Normalmente las técnicas genéticas se usan en juicios en que hay que determinar la identidad de una persona a partir de una muestra de semen o sangre, por ejemplo en un asesinato o violación, o establecer el parentesco entre dos personas, como ocurre en disputas por paternidad. Para ello se utilizan las llamadas “huellas digitales de ADN”, comparan ciertas regiones de la información genética de una persona que son especialmente variables entre individuos. Se puede hacer así una identificación con alta confiabilidad.
En el caso de Valencia, en cambio, se necesitó reconstruir la evolución del virus de la hepatitis C durante el brote epidémico. Este virus, como el del sida, tiene un genoma de ácido ribonucleico (ARN) y con cada ciclo de reproducción sufre mutaciones. Como consecuencia, evoluciona muy rápidamente. Los expertos tuvieron que estudiar los genomas de los virus de cada paciente y reconstruir su posible evolución –en algunos casos a lo largo de varios años– para compararlos con el del virus del anestesista, para tratar de saber si la infección provenía de éste o de otra fuente. El reto era mayor si tomamos en cuenta que los virus dentro de un mismo individuo van mutando y evolucionando constantemente.
Utilizando computadoras, la técnica conocida como “reloj molecular” (que supone que las mutaciones ocurren a una velocidad constante para estimar durante cuánto tiempo ha evolucionado un genoma) y análisis estadísticos, los peritos, según reportan en la revista BMC Biology (19 de julio del 2013), determinaron que 47 pacientes se habían infectado de otra fuente, y que el anestesista se había infectado unos diez años antes del brote.
El método no es 100% confiable, pero sirvió como evidencia adicional para ayudar a que el culpable fuera condenado. Lo difícil, dicen los peritos, fue hacer entender a abogados y jueces que la evolución no siempre tarda millones de años, sino que en un virus puede ocurrir en meses. Y que, a diferencia de lo que se ve en programas de televisión como CSI, no todos los análisis genéticos son rápidos ni sencillos, ni ofrecen una certeza total.
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8 comentarios:
¡Excelente texto!
Es cierto: "...Y que, a diferencia de lo que se ve en programas de televisión (...)no todos los análisis genéticos son rápidos ni sencillos, ni ofrecen una certeza total..."
Tan acostumbrados como estamos al remedio rapido, facil, comodo y hasta algunas veces barato, pareciera que la ciencia tuviera que ser como ciencia ficcion, pero no es asi. Ni es infalible. Ni sus aseveraciones, inatacables.
Hay un grado de certeza grande, en algunos casos tan grande, que es casi seguridad; en otros, una certeza tan exigua, que es mas bien un indicio. No es demeritar el valor de la ciencia, es al reves, es darle un gran reconocimiento a su GRAN valor, a su real valor.
El problema es de quien, de manera no razonable, le pide a algo o a alguien, que deba ser mas de lo que realmente es. Las expectativas desproporcionadas, que tienden a culpar al juzgado si acaso no cubrio un estandar exigido... no es culpa de la ciencia si no complace caprichos.
Tampoco lo es, si la gente le asigna competencia a la ciencia en otros campos que no son cientificos. En esferas sociales, donde entran en juego juicios de valor, por ejemplo, ahi no es la ciencia exacta la competente para ofrecer respuestas.
Y tambien, por esto, un cientifico es voz confiable para opinar, en su rama, acotado a razonamiento soportado y pruebas ofrecidas... pero no es un todologo. No es experto en todo y tratandose de temas en lso que no es diferente a los demas, tiene, AL IGUAL QUE LOS DEMAS, una opinion DEL PESO DE UNA PERSONA COMUN Y CORRIENTE.
Hay que justipreciar cosas, hechos, personas y opiniones. Tal cual, en su medida. Mas en campos en LOS QUE TODOS SOMOS LEGOS. Creo que seria un muy sano principio.
Me encantó tu comentario, Luis Tocayo. Cosa no tan frecuente. ;-)
Un ejemplo claro de antidivulgación. El anestesista se había inyectado las sustancias antes de suministrarla a los pacientes, pero ¿el anestesista estaba enfermo de hepatitis?, esto se infiere, pero no se dice específicamente. ¿por qué se inyectaba el mismo las anestesias? ¿era adicto?¿quería infectar deliberadamente a los pacientes?. ¿Sabían las autoridades médicas que el anestesista estaba contagiado?¿se permite a los médicos con este tipo de enfermedades entrar a quirófano?. En virología ¿qué diferencia hay entre mutación y evolución?, si todos los virus sufren pequeñas mutaciones en cada proceso de replicación y no por ello se consideran nuevos tipos o "especies" de virus ¿que tiene que ver la evolución aquí? ¿Por qué los peritos consideraron que lo difícil fue hacer entender a jueces y a abogados el proceso genético de los virus?¿trataron de desechar jueces o abogados la explicación?¿estaban incrédulos?¿esperaban que el proceso, fuera fácil, rápido o 100% concluyente?¿no tienen, al menos los jueces, cierta experiencia en el manejo forense de evidencia genética?¿En CSI los análisis genéticos son rápidos, sencillos y ofrecen una certeza total?¿no ha habido episodios donde la evidencia genética juega una mala pasada?
This is cool!
Tocayo, dos respuestas:
1. Gracias (por los primeros 37 caracteres)
2. Lo lamento (por los siguientes 27 caracteres)
En mi defensa (jeje, de los 27 caracteres que no me convinieron; y es que nadie, o casi, rebate un elogio) no siempre que discrepemos ocurrirá que el que metió el choclo fue tu servidor... quien sabe, algunas veces es simplemente dos visiones sin una que sea correcta y otra incorrecta.
Otras veces, como cabe en posibilidades, seré yo el que acierte y tu el errado.
Pero creo que lo importante no es vencer en el argumento, sino cooperar para encontrar la verdad.
Pero bueno, al menos en este especifiquisimo caso, concordamos y eso ES BUEN DATO. Para mi, es de celebrar!
muy bueno que la ciencias haga encontrar a posibles responsables, la sucesos que pasan, ahora para la ciencia no es oculto nada.
Woou! un caso muy tenaz, lo importantes es que realmente exista el seguimiento oportuno para este tipo de situaciones.
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