Milenio Diario
La ciencia por gusto
Y... ¿qué tiene de especial el agua?
Martín Bonfil Olivera
La semana ha sido muy húmeda en la capital, debido a la celebración del Foro Mundial del Agua.
Más allá de lo que oímos a cada rato (el agua es indispensable para la vida; el cuerpo humano es 60% agua; podemos vivir semanas sin comer, pero sólo días sin beber; 3% del agua terrestre es dulce, y sólo una pequeña fracción es potable…), cabe preguntarse, ¿por qué es tan indispensable este líquido?
La respuesta está en la química. Comencemos por otro lugar común: el agua es el disolvente universal. Esto no quiere decir que disuelva todo (afortunadamente), sino que puede disolver gran variedad de moléculas (sobre todo las que presenten cargas eléctricas). De ahí parte su gran importancia ecológica, fisiológica y biomolecular.
Y es que la célula, unidad base de todos los seres vivos, no es más que un sistema complejo de moléculas disueltas en agua. Las membranas que definen a toda célula, por ejemplo, están hechas de moléculas jabonosas que espontáneamente, en medio acuoso, tienden a organizarse y formar membranas. Y todas las demás biomoléculas (proteínas, ácidos nucleicos…) pueden funcionar sólo disueltas en agua; de otro modo se deshilachan e inactivan. Por otra parte, el agua de lagos y mares funciona como regulador térmico ambiental, pues absorbe y libera calor con gran dificultad (por eso tarda tanto en hervir el agua, comparada con otros líquidos).
Bien: todas estas propiedades se deben a que la molécula del agua (dos átomos de hidrógeno unidos a uno de oxígeno) tiene una débil carga eléctrica repartida irregularmente: el oxígeno tiene mayor carga negativa y los hidrógenos cargas positivas. Esto causa que las moléculas se atraigan entre sí (lo que dificulta separarlas para transformarla en gas, cuando hierve), y que puedan atraer y formar uniones con otras moléculas con carga positiva o negativa (de ahí su poder disolvente y su capacidad de organizar los componentes celulares).
El hielo es menos denso que el agua (sus moléculas, al atraerse, van formando una red porosa). Si no fuera así, el hielo se hundiría y los mares se congelarían hasta el fondo en el primer invierno, lo cual impediría la vida marina. Si el agua no tuviera estas propiedades, la vida nunca habría surgido, pues lo hizo en este líquido. Si hoy celebramos al agua, es en parte debido a las propiedades de los átomos de hidrógeno y oxígeno.
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